Primera grabación de sonido: el día que Edison hizo historia
Por qué la primera grabación de sonido cambió el mundo
Imaginar el mundo sin audios de WhatsApp, sin Spotify, sin podcasts ni grabaciones de voz parece imposible. Sin embargo, todo eso tiene un punto de partida muy concreto: la primera grabación de sonido que logró Thomas Edison en 1877 con su fonógrafo, en Nueva York.
Aquel experimento, en apariencia sencillo —recitar unos versos infantiles de “Mary had a little lamb”— abrió la puerta a una revolución tecnológica y cultural que hoy da forma a la industria musical global y a la manera en que recordamos la historia, preservamos voces y compartimos información.
En este reportaje vamos a reconstruir qué ocurrió en esos días de 1877, cómo funcionaba realmente el primer fonógrafo, por qué este invento transformó la relación de la humanidad con el sonido y cuál ha sido su impacto, incluso, en países como la República Dominicana, donde la grabación ayudó a llevar el merengue y otros ritmos al resto del mundo.
Contexto histórico: el mundo antes de la primera grabación de sonido
El siglo XIX y la revolución industrial
La primera grabación de sonido no surgió de la nada. A finales del siglo XIX, la Revolución Industrial ya había transformado fábricas, transporte y comunicaciones. El telégrafo permitía enviar mensajes casi instantáneos a largas distancias y el teléfono empezaba a conectar voces en tiempo real, pero solo en el momento: nada quedaba grabado.
La idea de capturar la voz humana y reproducirla a voluntad parecía casi mágica. Hasta entonces, la música y los discursos dependían de la memoria, de partituras o de crónicas escritas. Si un concierto no se escuchaba en vivo, simplemente se perdía para siempre.
En ese contexto de innovación acelerada, los laboratorios se llenaron de inventores que trataban de extender los límites de la comunicación: más lejos, más rápido… y pronto, también, más duradera gracias a la grabación.
Avances previos en comunicación y tecnología
El trabajo con el telégrafo y el teléfono fue clave. Thomas Edison experimentaba con dispositivos que traducían impulsos eléctricos en marcas físicas sobre papel, pensando en repetir mensajes sin que un operador los reescribiera.
Ese enfoque —convertir sonidos o señales en huellas materiales— fue el puente conceptual que lo llevó a imaginar que la voz también podía inscribirse en una superficie, de forma similar a como se graba un surco en un metal o en una cinta.
La grabación de sonido, entonces, no fue un salto aislado, sino el siguiente paso en una cadena de innovaciones que buscaban fijar la información para reutilizarla una y otra vez.
Quién era Thomas Edison en 1877
En 1877, Thomas Alva Edison ya era un inventor respetado en Estados Unidos. Trabajaba en su célebre laboratorio de Menlo Park, Nueva Jersey, donde dirigía un equipo de técnicos e investigadores que desarrollaba soluciones comerciales basadas en electricidad y telecomunicaciones.
Edison no solo inventaba, también sabía cómo proteger y monetizar sus ideas, a través de patentes y empresas. En diciembre de 1877 presentó la solicitud de patente para su “máquina parlante”, el cilindro fonográfico, que definió legalmente su papel en el nacimiento del sonido grabado.
Su reputación, combinada con una agresiva estrategia comercial, hizo que el fonógrafo pasara rápidamente de experimento de laboratorio a símbolo del futuro.
Thomas Edison y el nacimiento del fonógrafo
Cómo surge la idea de grabar sonido
La idea del fonógrafo surgió cuando Edison trabajaba en un sistema para registrar mensajes telegráficos en una cinta y reproducirlos de forma automática. Si una señal eléctrica podía dejar marcas repetibles, ¿por qué no una onda sonora?
Su hipótesis era simple pero poderosa: hacer que las vibraciones del aire —la voz— movieran un diafragma unido a una aguja, y que esa aguja marcara un cilindro en movimiento. Después, al invertir el proceso, la aguja seguiría esas marcas y volvería a mover el diafragma, recreando el sonido original.
Esa intuición convirtió al sonido en algo duplicable y transportable. La voz ya no estaría condenada a desaparecer al terminar la frase.
Diseño y componentes del primer fonógrafo
El primer fonógrafo de Edison utilizaba un cilindro metálico envuelto en una fina lámina de papel de estaño (tinfoil). Sobre ese cilindro se apoyaba una aguja conectada a un diafragma, dentro de una pequeña bocina. Al hablar o cantar hacia el dispositivo, las vibraciones deformaban el estaño y creaban un patrón físico.
Para grabar, el cilindro se hacía girar mediante una manivela mientras la aguja “dibujaba” el sonido. Para reproducir, se volvía a girar el cilindro y la aguja seguía las hendiduras, haciendo vibrar el diafragma y devolviendo, con cierta fidelidad, la voz original.
Era un aparato completamente mecánico: no había cintas magnéticas ni componentes electrónicos. La energía provenía de la fuerza humana aplicada a la manivela.
Limitaciones técnicas de la primera grabación de sonido
Aunque revolucionario, aquel fonógrafo inicial estaba lleno de limitaciones. La lámina de estaño se deterioraba rápidamente, el sonido era débil y lleno de ruido, y las grabaciones podían reproducirse solo unas pocas veces antes de estropearse.
Además, la duración de los registros era muy corta. Eran fragmentos de voz o música, más cercanos a una demostración técnica que a una interpretación artística completa.
Pese a todo, el simple hecho de oír la propia voz reproducida desde una máquina era tan impactante que muchos contemporáneos consideraron el invento casi “sobrenatural”.
El momento clave: la primera grabación de sonido con “Mary had a little lamb”
Por qué Edison eligió “Mary had a little lamb”
Edison eligió el famoso poema infantil “Mary had a little lamb” por su sencillez y ritmo. Era un texto fácil de recitar, con palabras claras y repetitivas, ideal para comprobar si el aparato captaba y devolvía con nitidez cada sílaba.
La elección también tenía un componente de espectáculo: era una rima conocida por el público, lo que facilitaba comprobar al instante si la reproducción sonaba “correcta”.
Con aquella estrofa, el inventor y su equipo buscaban algo más que un registro: querían una prueba contundente de que el concepto funcionaba.
Detalles del experimento en Nueva York en 1877
En 1877, Edison probó su fonógrafo recitando el poema sobre el cilindro de estaño. Al accionar la manivela para reproducir la grabación, las personas presentes escucharon, atónitas, cómo la máquina devolvía las palabras que acababan de oír de la boca del inventor, aunque con calidad rudimentaria.
La escena, repetida luego en demostraciones públicas, se convirtió en uno de los momentos fundacionales de la historia de la tecnología. La voz ya no era efímera: quedaba atrapada en un objeto rotatorio.
Curiosamente, la grabación original de 1877 no sobrevivió. Lo que se conserva hoy es una recreación que Edison realizó en 1927, para conmemorar el cincuentenario del fonógrafo.
Reacción inicial de Edison y su equipo
Los testigos relataron que, al escuchar la reproducción, en el laboratorio hubo risas, sorpresa y una sensación de estar asistiendo a algo inédito. Para Edison, fue la confirmación de que había abierto un nuevo campo de posibilidades tecnológicas y comerciales.
Lejos de verlo como un simple truco, el inventor empezó a pensar de inmediato en aplicaciones prácticas: dictado de cartas, archivado de mensajes, enseñanza de idiomas e incluso juguetes parlantes.
En su visión, la primera grabación de sonido era solo el comienzo de una futura industria que, muchos años después, daría lugar al negocio multimillonario de la música grabada y los contenidos de audio.
Demostración pública del fonógrafo: una semana que hizo historia
Cómo presentó Edison el fonógrafo al público
Poco después de las primeras pruebas exitosas, Edison organizó demostraciones del fonógrafo para periodistas, científicos y empresarios. En 1877 y 1878, revistas científicas y periódicos anunciaron al público la “maravillosa invención” que podía registrar y reproducir la voz humana.
Las demostraciones consistían en hablar, cantar o tocar algún instrumento frente al aparato y, luego, permitir que los asistentes escucharan la reproducción. La experiencia visual del cilindro girando y la aguja moviéndose reforzaba la sensación de estar ante algo casi vivo.
El impacto mediático fue inmediato: los periódicos describían el fonógrafo como una máquina “milagrosa” capaz de inmortalizar las palabras.
Reacciones de la prensa y de los asistentes
Las crónicas de la época hablaban de rostros asombrados y de risas nerviosas. Muchos dudaban de que el sonido proviniera realmente de la máquina y no de algún truco escondido.
La prensa estadounidense, por su parte, dedicó artículos extensos a explicar el funcionamiento básico del invento y a especular con sus posibles usos, desde la política hasta el entretenimiento doméstico.
Edison comprendió que la credibilidad del invento dependía tanto de su funcionamiento técnico como de la narrativa pública. Por eso, cuidó cada detalle de aquellas primeras presentaciones.
Primeras aplicaciones imaginadas para la grabación de sonido
En aquellos años se hablaba de aplicar el fonógrafo a:
- Dictado y archivo de cartas comerciales.
- Conservación de discursos políticos y sermones religiosos.
- Aprendizaje de idiomas mediante repetición de frases grabadas.
- Recuerdos familiares: voces de seres queridos fallecidos.
La música ya estaba sobre la mesa, pero no era todavía la prioridad. Solo más tarde, cuando mejoró la calidad de las grabaciones, la industria se volcó plenamente al entretenimiento musical.
Cómo funcionaba la primera grabación de sonido
El proceso mecánico de grabar la voz
El fonógrafo de cilindro transformaba la energía acústica de la voz en energía mecánica. El diafragma vibraba con las ondas sonoras y desplazaba la aguja que, al presionar la lámina de estaño, creaba hendiduras de distinta profundidad y forma.
Cuanto más fuerte era el sonido, más marcada quedaba la huella. Cada giro del cilindro correspondía a una línea de grabación, similar al surco en un disco de vinilo, pero en espiral a lo largo de la superficie cilíndrica.
El resultado era un mapa físico de la voz, único para cada grabación.
Reproducción del sonido grabado: magia para la época
En la reproducción, la aguja recorría exactamente esas mismas hendiduras. Al moverse, obligaba al diafragma a vibrar siguiendo el patrón original, recreando así el sonido. Una bocina amplificaba la vibración para que pudiera escucharse en la sala.
Hoy entendemos este proceso como una conversión analógica directa, pero en 1877 el efecto era tan sorprendente que muchos lo describían como “oír un fantasma”.
La primera grabación de sonido, por rudimentaria que fuera, demostraba que la voz podía convertirse en un objeto físico que viajaba en un cilindro, algo completamente nuevo en la historia humana.
Diferencias entre el fonógrafo y los sistemas actuales de audio
Comparado con los sistemas actuales, el fonógrafo de cilindro:
- Tenía un rango de frecuencias limitado y mucho ruido de fondo.
- No permitía edición ni mezcla: se grababa todo en una sola toma.
- Dependía enteramente de mecanismos físicos, sin electricidad ni componentes digitales.
Hoy, en cambio, un archivo de audio digital puede editarse, comprimirse y enviarse en segundos por internet. Pero el principio de “capturar y reproducir sonido” sigue siendo el mismo que Edison probó con “Mary had a little lamb”.
Impacto inmediato de la primera grabación de sonido
Cambios en la percepción del sonido y la memoria
La posibilidad de grabar la voz cambió la relación de las personas con la memoria. Ya no era necesario confiar solo en recuerdos, partituras o crónicas escritas: la propia voz de un líder político, de un artista o de un familiar podía conservarse.
Esto abrió debates sobre privacidad, autenticidad y control de la información, temas que hoy siguen vigentes en la era del audio digital y la inteligencia artificial.
La primera grabación de sonido fue, en ese sentido, el primer paso hacia la idea moderna de archivo sonoro.
La semilla de la futura industria musical
Aunque el fonógrafo inicial se usó más como curiosidad y herramienta de oficina, sus descendientes —cilindros mejorados, discos de goma laca y luego de vinilo— dieron origen a la industria musical del siglo XX.
Hoy, los ingresos globales de música grabada se cuentan en decenas de miles de millones de dólares al año, impulsados principalmente por el streaming, lo que ayuda a dimensionar el impacto económico de aquel experimento de 1877.
Esa cifra ilustra cómo se pasó de un cilindro de estaño a una industria global que da trabajo a millones de personas en todo el mundo.
La influencia de Edison en otros inventores
Tras el éxito del fonógrafo, otros inventores se lanzaron a perfeccionar la tecnología. Alexander Graham Bell y Charles Sumner Tainter introdujeron el uso de cilindros de cera y un método de grabación por grabado en lugar de simple deformación, mejorando la calidad y durabilidad de las grabaciones.
Estos avances dieron lugar a modelos comerciales más robustos y, con el tiempo, al desarrollo del gramófono de discos planos, que terminaría dominando el mercado.
Edison, sin proponérselo del todo, había inaugurado una carrera tecnológica en torno al sonido que continuó por décadas.
Evolución de la tecnología desde la primera grabación de sonido
Del fonógrafo al gramófono y los discos
La etapa de los cilindros dio paso a los discos planos de goma laca, más fáciles de almacenar y producir en masa. A comienzos del siglo XX, las compañías discográficas empezaron a construir catálogos de artistas y repertorios, consolidando un modelo de negocio basado en la venta de grabaciones físicas.
Con el tiempo, los discos de vinilo sustituyeron a la laca y se convirtieron en el estándar de alta fidelidad durante buena parte del siglo XX.
La lógica era siempre la misma: un surco físico que almacena las vibraciones del sonido y una aguja que las traduce nuevamente en música.
Del vinilo al casete, CD y formatos digitales
La segunda mitad del siglo XX introdujo una sucesión de soportes: casetes magnéticos, cartuchos, CD y, más tarde, archivos MP3 y sistemas de streaming. Cada formato mejoró la portabilidad, la capacidad de almacenamiento o la calidad de reproducción.
En la actualidad, las suscripciones de audio en streaming suman cientos de millones de usuarios de pago en todo el mundo y representan la mayor parte de los ingresos de la música grabada.
Pero detrás de todos esos avances, la base conceptual sigue siendo la misma que probó Edison con su fonógrafo: registrar vibraciones y reproducirlas a demanda.
La era del streaming: la herencia de aquel experimento de 1877
Hoy, el streaming ha desplazado casi por completo a los formatos físicos como principal forma de acceso a la música. Plataformas digitales concentran catálogos de millones de canciones y permiten escucharlas en cualquier lugar, algo que Edison apenas podía imaginar.
Sin embargo, el vínculo entre el oyente y la grabación sigue siendo directo: alguien, en algún momento, colocó un micrófono frente a un artista y registró un sonido. Esa cadena de producción tiene sus raíces en la primera grabación de sonido con “Mary had a little lamb”.
Incluso el renovado interés por el vinilo en los últimos años demuestra que seguimos valorando la materialidad del sonido, tal como ocurría con los cilindros de estaño del siglo XIX.
Perspectiva Local: la primera grabación de sonido y su impacto en la República Dominicana
Llegada de la tecnología de grabación al Caribe
La llegada de la grabación al Caribe y a la República Dominicana fue gradual. Las primeras tecnologías viajaron en barcos, compañías discográficas extranjeras y músicos que cruzaban entre Nueva York, La Habana, San Juan y Santo Domingo.
En la isla, los primeros equipos profesionales no se instalaron de inmediato. Durante años, muchos artistas dominicanos tuvieron que viajar a Estados Unidos para grabar en sellos con sede en Nueva York.
La prensa recuerda 1928 como un año clave, cuando los discos del Trío Quisqueya, prensados por la RCA Víctor, marcaron un punto de partida formal para las grabaciones dominicanas en el mercado internacional.
Primeras grabaciones de música dominicana
A lo largo de las décadas de 1920 y 1930, comenzaron a documentarse grabaciones de géneros como el bolero, la bachata temprana y el merengue, muchas de ellas realizadas fuera del país pero protagonizadas por músicos dominicanos.
Estas grabaciones no solo preservaron voces e interpretaciones, sino que construyeron una memoria sonora de la identidad nacional, permitiendo que generaciones posteriores escucharan cómo sonaba el país en aquellos años.
La tecnología que Edison puso en marcha permitió, en la práctica, que la música dominicana circulara más allá de las fronteras de la isla.
Cómo la grabación de sonido ayudó a difundir el merengue y otros ritmos
El merengue, surgido en República Dominicana en el siglo XIX, encontró en la grabación un aliado crucial para su expansión.
Discos, casetes y posteriormente CD de orquestas dominicanas comenzaron a viajar a toda América Latina, Estados Unidos y Europa, consolidando al merengue como símbolo musical del país. Sin la capacidad de grabar y reproducir sonido, este proceso habría sido mucho más lento y limitado.
La historia que comenzó con “Mary had a little lamb” terminó influyendo en cómo el mundo conoce hoy el merengue, la bachata y otros ritmos dominicanos.
Datos y análisis experto: la primera grabación de sonido en contexto
Fechas clave en la historia de la grabación de sonido
Al mirar en perspectiva, algunos hitos ayudan a entender la magnitud del cambio:
- 1877: Edison inventa el cilindro fonográfico y realiza la primera grabación de sonido.
- 1877–1878: se realizan las primeras demostraciones públicas del fonógrafo y se difunde a través de la prensa.
- Décadas siguientes: mejoras técnicas de otros inventores dan lugar a cilindros de cera más duraderos y a mejores sistemas de reproducción.
Cada uno de estos avances fue preparando el terreno para la industria discográfica moderna y, con el tiempo, para el streaming.
Opiniones de historiadores y expertos en audio
Historiadores de la tecnología suelen comparar el impacto del fonógrafo con el de la imprenta en el siglo XV: ambos permitieron reproducir información —texto o sonido— y distribuirla masivamente.
Especialistas en archivos sonoros señalan que la posibilidad de escuchar voces de hace más de un siglo da una dimensión emocional al estudio histórico que los documentos escritos no pueden igualar.
En ese sentido, la primera grabación de sonido marcó no solo un cambio técnico, sino también una nueva forma de relacionarnos con el pasado.
La importancia del fonógrafo en la cultura y la ciencia
Más allá de la música, el fonógrafo se utilizó para registrar lenguas indígenas, testimonios orales y experimentos científicos. Museos y archivos de todo el mundo conservan cilindros y discos con voces que, de otro modo, se habrían perdido.
Estos registros han sido fundamentales para la lingüística, la antropología y la historia cultural, proporcionando material directo sobre acentos, vocabularios y tradiciones orales.
Lo que comenzó con una rima infantil en 1877 terminó siendo una herramienta indispensable para la preservación de la diversidad cultural del planeta.
Conclusión: la primera grabación de sonido y su legado hasta hoy
Qué nos enseña 1877 sobre innovación tecnológica
La historia de la primera grabación de sonido nos recuerda que las grandes revoluciones tecnológicas a menudo nacen de experimentos sencillos, pero sustentados en una visión clara. Edison no sabía exactamente cómo se usaría su invento décadas después, pero intuía que la capacidad de fijar la voz tendría enormes consecuencias.
Su trabajo muestra la importancia de conectar conocimientos previos (telégrafo, teléfono) para crear algo nuevo y de apostar por la mejora continua, incluso cuando la primera versión de una tecnología es imperfecta.
Por qué recordar la primera grabación de sonido en la era digital
En tiempos de streaming, inteligencia artificial y contenidos infinitos, es fácil olvidar que todo empezó con un cilindro de estaño y una sencilla canción infantil. Recordar 1877 es una forma de valorar la trayectoria de la tecnología y de entender que cada avance se apoya en una larga cadena de inventos previos.
También es una invitación a reflexionar sobre cómo usamos hoy el poder de grabar y reproducir: quién controla esos registros, quién se beneficia y cómo preservamos los archivos para las generaciones futuras.
Llamado a la acción: preservar y valorar la historia del audio

Para la audiencia de República Dominicana y de cualquier parte del mundo, conocer la historia del fonógrafo y de la primera grabación de sonido es clave para valorar nuestros propios archivos musicales y sonoros. Detrás de cada merengue clásico, de cada entrevista histórica o de cada podcast hay una tecnología que comenzó con Edison.
La invitación es clara: apoyar archivos sonoros, colecciones históricas y proyectos de digitalización; cuidar nuestras propias grabaciones familiares; y, sobre todo, escuchar con conciencia, sabiendo que cada audio forma parte de una historia que empezó en 1877 con “Mary had a little lamb”.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
¿Qué grabó Thomas Edison por primera vez en su fonógrafo?
Thomas Edison grabó por primera vez la rima infantil “Mary had a little lamb”, recitándola sobre un cilindro de estaño en su fonógrafo de 1877. Esa demostración probó que era posible registrar y reproducir la voz humana mecánicamente, aunque la grabación original no se conserve.
¿En qué año se hizo la primera grabación de sonido de la historia?
La primera grabación de sonido reconocida con fines de reproducción se realizó en 1877, cuando Thomas Edison desarrolló su cilindro fonográfico en Menlo Park y lo probó con “Mary had a little lamb”.
¿Cómo funcionaba el primer fonógrafo de Thomas Edison?
El primer fonógrafo usaba un cilindro recubierto de papel de estaño. Al hablar frente a una bocina, un diafragma vibraba y movía una aguja que marcaba la superficie del cilindro en movimiento. Para reproducir, la aguja seguía las mismas hendiduras, hacía vibrar de nuevo el diafragma y la bocina amplificaba el sonido resultante.
¿Quién es considerado el inventor de la primera grabación de sonido?
Thomas Alva Edison es considerado el inventor de la primera grabación de sonido reproducible, gracias a su cilindro fonográfico de 1877. Otros investigadores aportaron mejoras importantes después, pero su experimento con “Mary had a little lamb” marcó el punto de partida de la grabación moderna.
