Líderes globales irresponsables
Manuel Vólquez
Las principales potencias mundiales se han empeñado en repartirse América Latina a base de ofertas tentadoras económicas, políticas y culturales a cambio de que les permitan explorar el gran potencial minero premiados en oro, bauxita, cobre, litio, plata, níquel y zinc, además de las ambicionadas tierras negras. Sin embargo, son indiferentes al demoledor efecto invernadero que genera cambios climáticos en el planeta que habitamos, una eventualidad que se manifiesta con la subida de la temperatura de la atmósfera próxima a la corteza terrestre provocando el deshielo de los glaciares.
Las actividades humanas han aumentado la concentración de estos gases, provocando un intensificado calentamiento global. Pero no todo está perdido. Los líderes de la región latinoamericana y de otros destinos universales sí están muy preocupados por el cambio climático causante de más devastadores huracanes, tormentas tropicales e inundaciones catastróficas, con pérdidas cuantiosas de vidas y destrucciones en las infraestructuras agrícolas, urbanas y rurales.
Alegra saber que participantes provenientes de 150 países están reunidos en Brasil en el marco de la Cumbre de Líderes de la 30 Conferencia de Naciones Unidas sobre el Clima (COP30), que se extenderá hasta el día 21 de noviembre 2025. Brasil, México, Chile, Colombia, Perú, Venezuela, Cuba, Ecuador, Guatemala, Nicaragua y otras naciones, buscan acuerdos que garanticen financiamiento justo y resultados concretos para combatir ese fenómeno natural. Colombia propondrá reconocer la biodiversidad como solución climática, avanzar en la eliminación progresiva de los combustibles fósiles y promover una reforma al sistema financiero internacional que no aumente la deuda de los países del sur. La Cumbre tiene la función de dar impulso político a estas conversaciones.
Se trata de un compromiso cacareado en otras cumbres, de un evento que involucra responsabilidades de los líderes globales. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, lanzó un ambicioso fondo internacional destinado a proteger los bosques tropicales y proteger los océanos. Los países en desarrollo recibirían pagos anuales por cada hectárea de bosque conservada, ofreciendo una alternativa viable frente a la tala indiscriminada.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, abogó por el compromiso colectivo y la atención a la ciencia frente al desafío del cambio climático y criticó a los que niegan este fenómeno y sus consecuencias, mientras Noruega e Indonesia que, sugieren detener la deforestación para reducir los efectos del cambio climático, se comprometieron a aportar cuatro mil millones de dólares para enfrentar esa situación. Tal mecanismo pretende beneficiar principalmente a las naciones tropicales más pobres, donde la presión económica convierte la tala de árboles en una actividad más rentable que la conservación.
El gobierno británico dijo que no aportará fondos directos en esta fase, la delegación finlandesa advirtió sobre las dificultades de encontrar nuevos recursos en un contexto de limitaciones presupuestarias globales y Sudáfrica exigió a las naciones desarrolladas cumplir su deber moral de cerrar la brecha financiera en la lucha global contra el cambio climático. Precisamente, a lo largo de la historia, los principales países industrializados responsables del calentamiento global, al emitir grandes cantidades de gases de efecto invernadero, son: China, Rusia, Alemania, Estados Unidos, Japón, Reino Unido e India. Son los propiciadores de las emisiones de esos gases que provienen de la quema de combustibles fósiles, las industrias, la deforestación y el cambio de uso del suelo. Son líderes globales irresponsables.
