La Internacional Reaccionaria

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Por: Luis Fernández

La internacional reaccionaria que se ha venido articulando a nivel mundial, a través de partidos y movimientos de ultraderecha y gobiernos conservadores, ha venido ganando poder electoral e influencia política mediática, lo que la está convirtiendo en un bloque político ideológico global, cuya expansión amenaza la democracia y sus instituciones, el Estado de derecho y los asuntos mundiales.

Esta red internacional se ha venido consolidando en los últimos años en América Latina, Europa y los Estados Unidos, gobernando e influyendo en países del norte y del sur global e impactando en organismos internacionales como, la Unión Europea, la OEA y Las Naciones Unidas, lo que está contribuyendo de manera paulatina a la desintegración del orden político internacional

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Luis Fernández

Este avance de la Internacional reaccionaria ha sido facilitado por la crisis económica mundial, los altos niveles de desigualdad y pobreza de los pueblos, la desconfianza en el sistema democrático tradicional, el uso indiscriminado de los recursos del Estado de manera corrupta de parte de funcionarios públicos, empresas privadas y grupos de poder además de la debilidad de los partidos políticos.

Esta red transnacional rechaza las reformas sociales progresistas, los derechos civiles, ambientalismo, feminismo y los movimientos populares que luchan por la justicia social, apelando al ultranacionalismo, la desinformación digital y a la política del miedo mediante la utilización de amenazas exageradas, con el fin de que la población acepte sus políticas, de control de la sociedad.

La Internacional reaccionaria busca conservar y restaurar estructuras tradicionales excluyentes y autoritarias, para restringir derechos y espacios democráticos, para imponer su poder despótico y una autoridad que no respeta el Estado de derecho ni la separación de poderes, tratando de aprovechar cualquier oportunidad o coyuntura para afianzar la presencia de la ultraderecha.

En este contexto de avance reaccionario, se requiere la movilización activa y participativa de la ciudadanía y de los pueblos, en defensa de la verdadera democracia respetuosa del derecho, para que no languidezca o desaparezca, luchando de manera firme frente a las

múltiples amenazas que buscan frenar los cambios democráticos y progresistas de las sociedades.

La Internacional Reaccionaria y los sectores de ultraderecha y conservadores que se mueven a su alrededor enfrentan a las minorías y a los migrantes de manera injusta, con discursos nacionalistas, xenófobos, de odio y discriminación, criminalizando y persiguiendo a los migrantes, a los movimientos sociales y a los opositores, provocando graves retrocesos en los derechos humanos.

Esta red impulsa la concentración del poder en lideres personalistas de la derecha, que apliquen políticas neoliberales radicales que profundizan las desigualdades y la pobreza, privatización de los bienes públicos estratégicos, medidas restrictivas que violen los derechos internacionales de los migrantes y políticas agresivas militaristas o nacionalistas y fragmentación del orden internacional.

Uno de los mayores peligros de la internacional reaccionaria es que mediante la utilización de métodos democráticos se instala en el poder, para gradualmente socavar el aparato institucional del sistema democrático desde su interior, imponiendo su visión reaccionaria como política de estado, legitimando proyectos excluyentes y provocando un retroceso en políticas ambientales.

Los pueblos y las fuerzas progresistas del mundo tienen ante sí un gran desafío al enfrentar a este bloque global con ideología, redes digitales, poder cultural y recursos económicos, hay que ser críticos con los errores cometidos por las diferentes fuerzas políticas que han hecho posible la expansión de esta internacional reaccionaria, abriendo una oportunidad para fortalecer la democracia y los derechos humanos.

Hay que enterrar la vieja política y levantar con fuerza la confianza y la esperanza de los pueblos de que un mundo mejor es posible, hay que poner fin a la visión de hacer promesas a la población que nunca se cumplen, lo que solo ha provocado decepción y frustración en la gente, que ve a los políticos como simples administradores públicos y no como visionarios capaces de producir enormes avances sociales.

El avance de la Internacional Reaccionaria es una realidad y las alianzas políticas que se vienen forjando transnacionalmente entre actores y fuerzas distintas continúan creciendo en medio de sociedades fracturadas y descontentas y de Estados extenuados y frágiles, hay que dar un paso al frente y combatir las ideas reaccionarias, construyendo alternativas creíbles en favor de la vida y el bien común.

Luis Fernández, politico, escritor y comunicador

Santo Domingo R.D.

26/9/25

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