Cuba reabre las escuelas con precaución
Por Raúl Menchaca
LA HABANA, (Xinhua) — David González ha visto frustrados sus anhelos de regresar a la escuela el próximo 1 de septiembre, como es tradicional cada año en Cuba, porque esta vez el curso lectivo no continuará ese día en la Habana, que se ha convertido en el epicentro de la pandemia en la isla.
El niño, que cursa el quinto grado en una escuela primaria del municipio habanero de Plaza de la Revolución, no ha pisado el aula desde hace casi cinco meses, cuando las autoridades decidieron cerrar esos centros y detener el curso en marcha.
Tras tanto tiempo en casa, David, de 10 años, está ansioso por reencontrarse con sus compañeros y regresar a las aulas, aunque recibió por televisión buena parte del contenido docente.
Sin embargo, deberá continuar en casa, atento a las llamadas «teleclases», pues como efecto colateral de la pandemia, el curso se retomará a partir del próximo martes en todas las provincias del país, excepto en La Habana y seis municipios del occidente y centro, que están bajo medidas de cuarentena.
El municipio de Bauta, en la vecina provincia de Artemisa, termina la cuarentena este fin de semana, por lo que está previsto que reanude las actividades docentes el día 7 de septiembre.
Más de 1,7 millones de niños y adolescentes cubanos están matriculados en las enseñanzas primaria, secundaria, preuniversitaria y técnico-profesional.
La reanudación del curso 2019-2020 tiene previstas cuatro semanas de consolidación de conocimientos y tres semanas de evaluación antes de finalizar las clases para comenzar en noviembre el siguiente período lectivo 2020-2021.
Las autoridades han instado a estudiantes y docentes de las más de 10.700 escuelas del país a cumplir los protocolos sanitarios y las medidas de distanciamiento social.
Hace tres días, la ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez, anunció en televisión la reanudación de las clases, con la intención de «convertir a las escuelas en espacios seguros para quienes tengan que acudir a esos centros y en hacer atractivas y motivadoras las clases televisivas para quienes tienen que permanecer en casa».
Velázquez afirmó que una vez que se reanude el curso se debe cumplir con la organización escolar y reforzar el trabajo con los estudiantes sobre la conducta a seguir dentro y fuera de los centros, que incluye el distanciamiento social y el uso de mascarillas, que aquí llaman nasobuco. La ministra enfatizó en que se realizará a diario un pesquisaje sanitario en todos los centros educativos y en los puntos de recogida de estudiantes, y no se permitirá la entrada de alumnos o trabajadores con afecciones respiratorias.
Llamó a tener en cuenta el uso permanente de mascarillas en las instituciones, a mantener el lavado de manos y la desinfección de superficies, así como a evitar las aglomeraciones de estudiantes. Desde que hace cinco meses y medio apareció en la isla el nuevo coronavirus, se han enfermado más de 400 niños y adolescentes menores de 18 años, según las autoridades sanitarias del país.
La especialista en psiquiatría infanto-juvenil, Adriana Peón, aseguró que es fundamental que los niños también aprendan en la escuela cómo enfrentar mejor la emergencia del coronavirus.
«Se reajustarán los escenarios escolares para el tratamiento del impacto emocional de COVID-19 en los niños, y en particular en los que contrajeron el virus», dijo la experta, quien colabora con el Ministerio de Educación. La enseñanza sobresale como uno de los principales logros sociales de Cuba, y entre las de más altos niveles del continente, según organismos de Naciones Unidas.
Con una tasa de alfabetización del 99,8 por ciento, Cuba exhibe el más bajo nivel de analfabetismo de la región latinoamericana, y la tasa de escolarización más elevada de América Latina, con un 99,7 por ciento de los alumnos con educación gratuita, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Otro informe de la UNESCO sobre la educación en 13 países de América Latina clasificó a Cuba en el primer puesto en todas las asignaturas, y subrayó que un alumno cubano dispone como promedio de dos veces más conocimientos y competencias que un alumno latinoamericano.
