Cierre de Télam: Una decisión polémica en Argentina
El cierre de Télam afecta a 700 empleados
Foto: somostelam.com.ar
La histórica agencia de noticias estatal argentina, Télam, dejó de operar tras casi ocho décadas de servicio ininterrumpido. Este abrupto final llegó después de que el presidente argentino, Javier Milei, anunciara su decisión de clausurar la institución, argumentando un largo historial de uso como plataforma de «propaganda kirchnerista».
La medida no solo provocó el cese de las operaciones de Télam sino también la inmediata reacción de sus empleados y amplias críticas desde distintos sectores de la sociedad.
Fundada en 1945, Télam no solo ha sido una fuente crucial de noticias para Argentina sino también un emblema del periodismo en el país. Con corresponsales en todas las provincias argentinas y una amplia red de convenios internacionales, la agencia ha jugado un papel vital en la difusión de información diversa y de primera mano.
Su cierre no solo afecta a los más de 700 empleados directos sino también al ecosistema informativo argentino en su conjunto.
La justificación del cierre de Télam se inscribe en una política más amplia de recortes del gasto público promovida por el actual gobierno, que busca desmantelar lo que considera instituciones no esenciales o que funcionan como «cajas políticas». Esta política de austeridad incluye también otras agencias y organismos estatales como el INADI, señalado por el presidente como un ejemplo de gasto innecesario.
La decisión ha sido fuertemente criticada no solo por los trabajadores de la agencia, quienes iniciaron protestas y simbólicos actos de resistencia, sino también por organismos de defensa de la libertad de expresión, sindicatos y figuras políticas. Argumentan que el cierre representa un ataque a la democracia y a la libertad de prensa, subrayando la importancia de mantener una agencia de noticias estatal que garantice el acceso a información plural y diversa.
El gobierno, por su parte, sostiene que la medida es necesaria dentro de su plan de ajuste económico, citando pérdidas significativas y la necesidad de optimizar recursos. Se ha mencionado un plan para el destino de los empleados de la agencia, que se daría a conocer en breve, en medio de un contexto económico marcado por una inflación cercana al 200% anual y niveles de pobreza alarmantes.
El cierre de Télam no solo es un reflejo de la tensión entre políticas de austeridad y la preservación del patrimonio informativo público, sino que también plantea preguntas sobre el futuro del periodismo y la información en Argentina. La comunidad internacional y los actores locales continúan debatiendo las implicaciones de esta medida, que se ha convertido en un símbolo de los desafíos que enfrenta la libertad de expresión en el país.
