Arzobispado pide politécnico para Licey
Camino precisa que con la edificación de dicho politécnico, los jóvenes tendrán la oportunidad de aprender un oficio
SANTIAGO.- El Arzobispado de esta ciudad pidió al Gobierno, a través del Ministerio de Educación, proveer los recursos económicos necesarios, para la construcción de un politécnico en el municipio de Licey, que estima
llenaría un gran vacío de oportunidades en la zona.
La petición está contenida en el editorial de este domingo del semanario Camino, en el que con el título de “Un monumento a la dignidad”, enfoca el trabajo realizado allí por el padre Darío Taveras, misionero del Sagrado Corazón, por intermedio de la Fundación Monumento Viviente.
Camino precisa que con la edificación de dicho politécnico, los jóvenes tendrán la oportunidad de aprender un oficio con el cual ayudarán a sus familias, a la vez que les permitirá abrirse paso por si desean continuar estudios universitarios.
El vocero escrito del Arzobispado santiaguero sostiene que esa es la mejor manera de que los jóvenes se alejen “de los ganchos de perversión y violencia que les brinda la sociedad”.
Para justificar el pedido a fin de que se construya dicho centro de formación, el rotativo subraya que la inversión en los jóvenes es la forma más hermosa de construir un presente y un futuro esperanzador.
Camino recuerda que así se dio inicio a un monumento
Sobre el trabajo realizado por el padre Darío en el municipio de Licey, con el apoyo de un grupo de hombres y mujeres de la comunidad de Licey, Camino recuerda que así se dio inicio a un monumento, no construido con ladrillos y piedras “sino con los anhelos y esperanzas de un pueblo que busca encontrar su dignidad”.
Dice que los frutos de esta obra han llegado a los más necesitados a través de seis proyectos existentes allí, como son el hospital para los enfermos de la vista, un hogar de ancianos y ancianas, dos guarderías, una escuela, una
biblioteca-centro cultural y la Ermita Nuestra Señora.
Aprovecha la ocasión para felicitar a quienes que han hecho posible que Monumento Viviente continúe su labor, después de 25 años, haciendo camino al andar.
“Ahí están las huellas de bien; nuestro reconocimiento a los que han arrimado el hombro para llevar esta carga solidaria, que han asumido con alegría y amor”, agrega el editorial
