Una ciudad clave del país atrapada en la escasez
Santiago.-La crisis de agua potable que atraviesa Santiago de los Caballeros ha puesto en evidencia una realidad alarmante: miles de familias han iniciado el año sin acceso a un servicio básico indispensable para la vida. La falta de agua no solo afecta la rutina diaria de los hogares, sino que compromete la salud pública, el saneamiento y la dignidad humana en una de las ciudades más importantes de la República Dominicana.
Ante este escenario, el dirigente político y exalcalde Abel Martínez alzó su voz para exigir una intervención inmediata del Gobierno central. Sus declaraciones han reavivado el debate nacional sobre la fragilidad del sistema hídrico y la necesidad de una gestión estatal más eficiente, preventiva y responsable.
La avería de una tubería principal en la zona de Sabana Iglesia fue el detonante de una situación que, según advierte Martínez, va mucho más allá de un fallo puntual y revela problemas estructurales acumulados durante años.
La crisis de agua en Santiago de los Caballeros
El colapso de la tubería principal en Sabana Iglesia interrumpió el suministro de agua a amplios sectores de Santiago, dejando sin servicio a barrios residenciales, comercios y centros institucionales. Esta infraestructura forma parte del sistema que alimenta a gran parte de la ciudad, por lo que su falla tuvo un impacto inmediato y generalizado.
Autoridades técnicas han reconocido que se trata de una línea estratégica cuya reparación requiere trabajos complejos. Sin embargo, para la población afectada, la explicación técnica no mitiga la urgencia de contar con agua para cocinar, higienizarse y mantener condiciones mínimas de salubridad.
La situación se agravó por la ausencia de soluciones de respaldo efectivas. La distribución mediante camiones cisterna ha sido limitada e irregular, lo que ha generado malestar social y protestas comunitarias en distintos puntos de la ciudad.
Impacto social, sanitario y económico de la falta de agua potable
La escasez de agua potable tiene consecuencias directas sobre la salud pública. Sin acceso regular al servicio, aumentan los riesgos de enfermedades gastrointestinales, infecciones cutáneas y problemas asociados a la falta de higiene, especialmente en niños y adultos mayores.
Desde el punto de vista económico, pequeños comercios, restaurantes y talleres han visto reducida su operatividad. Muchos se han visto obligados a comprar agua a precios elevados, incrementando sus costos y afectando la estabilidad de sus ingresos.
En el ámbito social, la falta de agua profundiza desigualdades. Los sectores más vulnerables son los que menos capacidad tienen para suplir el servicio por vías alternativas, lo que convierte la crisis en un problema de equidad y justicia social.
Declaraciones de Abel Martínez sobre la crisis hídrica
Abel Martínez fue enfático al señalar que el acceso al agua potable es un derecho fundamental. “No es un favor ni una concesión; es una obligación indelegable del Estado”, afirmó al referirse a la responsabilidad del Gobierno central frente a la crisis.
El exalcalde calificó de inaceptable que una ciudad con el peso económico y humano de Santiago enfrente el inicio del año sin un servicio tan esencial. Para Martínez, esta situación afecta directamente la dignidad de las personas y la confianza en las instituciones públicas.
Asimismo, advirtió que la ineficiencia no puede normalizarse en la gestión de servicios básicos, ya que sus efectos trascienden lo local y afectan la imagen y el desarrollo del país en su conjunto.
Fallas estructurales del sistema de agua potable en Santiago
Más allá de la avería específica, la crisis ha puesto en evidencia debilidades históricas en la planificación y el mantenimiento del sistema de agua potable. Tramos de tuberías obsoletas, falta de redundancia operativa y escasa inversión preventiva conforman un escenario de alto riesgo.
Especialistas en gestión hídrica coinciden en que los sistemas urbanos deben contar con infraestructuras de respaldo que permitan mantener el servicio ante fallas imprevistas. En Santiago, estas alternativas han sido insuficientes o inexistentes.
La ausencia de protocolos claros de contingencia ha retrasado la respuesta y ha incrementado el impacto negativo sobre la población, demostrando la necesidad de una reforma integral del modelo de gestión.
Propuestas de intervención inmediata planteadas por Abel Martínez
Santiago no puede seguir sin agua potable. La falta de planificación y respuesta oportuna tiene consecuencias reales sobre la vida de la gente. La ineficacia no puede ser el sello distintivo de ningún gobierno. Cuando falla el Estado, sufre toda la población. pic.twitter.com/nVS1AFSEHf
— Abel Martínez Durán (@AbelMartinezD) December 29, 2025
Martínez propuso una intervención de alto nivel por parte del Gobierno central que combine soluciones inmediatas con correctivos estructurales. Entre las medidas urgentes, destacó la aceleración de la solución técnica definitiva con supervisión especializada.
También planteó la implementación de un plan de contingencia sostenido que garantice el suministro real mediante camiones cisterna, tanques móviles y puntos comunitarios de distribución, con prioridad para hospitales, centros educativos y comunidades vulnerables.
Finalmente, abogó por una evaluación integral del sistema de aducción y distribución, incorporando criterios de ingeniería moderna y un programa público de inversión con cronograma y rendición de cuentas.
Impacto en Santiago y el Cibao Central
Santiago es el principal polo económico del Cibao Central y una de las ciudades más influyentes del país. Cualquier interrupción prolongada de servicios básicos tiene repercusiones regionales que afectan la producción, el comercio y la estabilidad social.
La seguridad hídrica del Cibao depende en gran medida del buen funcionamiento del sistema de Santiago. Por ello, resolver la crisis actual no solo es una necesidad local, sino un asunto estratégico nacional.
La población espera que esta coyuntura marque un punto de inflexión hacia una gestión más responsable y sostenible del recurso agua en toda la región.
Sobre la gestión del agua
Datos del Banco Mundial indican que más del 30 % del agua producida en sistemas urbanos de América Latina se pierde por fugas y fallas en la infraestructura, lo que subraya la importancia del mantenimiento preventivo.
Asimismo, la Organización Panamericana de la Salud ha señalado que cada dólar invertido en agua y saneamiento genera un retorno económico de hasta cuatro dólares en ahorro en salud y productividad, reforzando la necesidad de inversión sostenida.
Expertos coinciden en que la planificación a largo plazo y la transparencia en la gestión son claves para evitar crisis recurrentes como la que hoy afecta a Santiago.
Una crisis que exige acción inmediata y responsable
La crisis de agua en Santiago es un llamado de atención contundente. Garantizar el acceso al agua potable no admite demoras ni excusas, y requiere liderazgo, planificación y acción inmediata por parte del Estado.
Las advertencias y propuestas de Abel Martínez colocan el tema en el centro del debate nacional y reflejan una preocupación legítima de la ciudadanía.
Resolver esta crisis y prevenir futuras fallas es una tarea impostergable para asegurar la dignidad, la salud y el desarrollo sostenible de Santiago y de toda la República Dominicana.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
¿Por qué hay una crisis de agua en Santiago de los Caballeros?
La crisis se originó por el colapso de una tubería principal en Sabana Iglesia, sumado a debilidades estructurales en el sistema de agua potable y la falta de planes de contingencia efectivos.
¿Qué sectores de Santiago están sin agua potable?
Amplios sectores residenciales, comerciales e institucionales de la ciudad han sido afectados, especialmente comunidades dependientes del sistema de aducción averiado.
¿Qué propone Abel Martínez para resolver la crisis de agua?
Propone una intervención urgente del Gobierno, soluciones técnicas definitivas, planes de contingencia con distribución alternativa y una inversión estructural en el sistema hídrico.
¿Qué responsabilidad tiene el Gobierno ante la falta de agua potable?
El Gobierno tiene la obligación constitucional y social de garantizar el acceso al agua potable como un derecho fundamental y un servicio público esencial.





