Miguel Mejía reitera su amistad con Nicolás Maduro y analiza el rol de República Dominicana en la crisis de Venezuela
Miguel Mejía y Nicolás Maduro: por qué “reitera su amistad” en plena tensión por Venezuela
Santo Domingo.-En medio de un clima de tensión creciente por la situación de Venezuela y las posibles acciones de Estados Unidos en la región, una frase pronunciada desde Santo Domingo ha llamado la atención: Miguel Mejía reiteró públicamente su amistad con Nicolás Maduro.
La declaración no fue en un pasillo ni fuera de cámaras. Ocurrió en la entrevista central del programa “Hoy Mismo”, acompañada de un video donde se ve a Miguel Mejía paseando en Caracas junto al presidente venezolano, con Maduro al volante y la primera dama grabando la escena. Desde ahí se abre una pregunta inevitable: ¿qué significa hoy que un dirigente dominicano diga “reitero mi amistad con Nicolás Maduro”?
En este artículo vamos a desglosar el contexto de esa frase, la visión de Miguel Mejía sobre la crisis venezolana, el rol de República Dominicana, y el tipo de salida que propone para evitar un escenario de violencia.
¿Quién es Miguel Mejía y cómo surge su vínculo con Nicolás Maduro?
Para entender por qué el binomio Miguel Mejía-Nicolás Maduro genera tantos titulares, primero hay que ubicar a Mejía en el mapa político.
Miguel Mejía es dirigente máximo del Movimiento de Izquierda Unida en República Dominicana. Durante años ha sido una figura cercana a procesos de izquierda en América Latina y un defensor de la integración regional. No se trata de un actor ocasional, sino de alguien que ha mantenido relación constante con el gobierno venezolano, primero bajo Hugo Chávez y luego bajo Nicolás Maduro.
Según él mismo explica en la entrevista, su relación con Maduro no nace de la coyuntura actual, sino de una amistad heredada de Chávez. Esa continuidad explica por qué insiste en que no tiene “por qué agacharse ni negar su amistad” precisamente en un momento difícil para el mandatario venezolano.
Su propio rol político le ha permitido, en ocasiones, actuar como puente informal entre gobiernos y actores que no se hablan directamente, lo que más adelante se conectará con su idea de “diplomacia de paz”.
La frase que encendió el debate: “Reitero mi amistad con Nicolás Maduro”
En el programa se presenta el video del paseo de Miguel Mejía por Caracas junto a Maduro. Ese simple detalle —el presidente manejando el vehículo y la primera dama grabando— refuerza la percepción de una cercanía personal.
Ante las preguntas de los periodistas, Mejía no se deslinda ni matiza la relación, sino que afirma con claridad que tiene una identidad política e ideológica con el proceso venezolano y que mantiene una amistad personal con Nicolás Maduro. Y remata: en este momento de dificultad no va a negarla.
En resumen, el mensaje central es:
- Sí, hay una relación política e ideológica.
- Sí, hay una relación personal.
- Y no va a retractarse por la presión mediática o internacional.
Sin embargo, esa cercanía no la conecta con un discurso de guerra, sino con un mensaje de paz. Él sostiene que viajó a Venezuela llevando un espíritu de conciliación, como cuando anteriormente llevó la imagen de la Virgen de la Altagracia como símbolo de paz y espiritualidad.
En esa tensión entre amistad política y apuesta por la paz se juega buena parte de la imagen pública de la dupla Miguel Mejía – Nicolás Maduro.
Crisis en Venezuela: elecciones, fraude y papel del CNE
Uno de los ejes de la entrevista es la discusión sobre la legitimidad de las elecciones en Venezuela. Para una parte importante de la comunidad internacional, las elecciones que mantienen a Maduro en el poder son fraudulentas. Los periodistas del programa incluso dicen que para ellos es “evidente” que hubo fraude y que el voto popular no favoreció a Maduro.
Miguel Mejía, sin negar que hay controversias y tensiones, se apega a un principio:
Quien debe pronunciarse sobre quién ganó o perdió es el Consejo Nacional Electoral (CNE), no las calles ni los gobiernos extranjeros.
Su argumento sigue esta lógica:
- Existe un árbitro electoral, el CNE.
- La oposición aceptó participar en las elecciones, lo cual, en su visión, otorga legitimidad al proceso.
- Si la oposición no confiaba en el árbitro, debió descalificarlo antes, no participar y luego decir que no acepta los resultados.
Además, resalta que tras las elecciones presidenciales se han celebrado otros comicios (gobernadores, alcaldes) donde sectores de la oposición han obtenido cuotas de poder —por ejemplo, menciona a Henrique Capriles con representación en la Asamblea— y eso alimenta la idea de un escenario más complejo que el simple “todo es fraude”.
Al mismo tiempo, subraya que la oposición venezolana está dividida, con figuras como María Corina Machado, Capriles y Edmundo González con posturas y estrategias distintas. A su juicio, la presión externa no ha unificado a la oposición para un cambio ordenado, sino que ha fortalecido el bloque oficialista y fragmentado aún más a sus adversarios.
Estados Unidos, Trump y el cerco militar a Venezuela
Otro punto clave de la entrevista es la visión de Miguel Mejía sobre Estados Unidos, especialmente durante la administración de Donald Trump.
En la conversación se mencionan:
- Reuniones de gabinete donde Trump habría hablado de ataques identificados en Venezuela.
- La presencia de portaaviones y despliegues militares en la región.
- Hundimiento de embarcaciones sospechosas de narcotráfico, con muertos de distintas nacionalidades.
Mejía considera que:
- Se está creando un cerco militar y político sin precedentes alrededor de Venezuela.
- La narrativa ha pasado de hablar de “elecciones fraudulentas” a presentarlo como un tema de lucha contra el narcotráfico, lo que él interpreta como un pretexto político.
- Desde su óptica, habría sido más transparente capturar las lanchas, mostrar la droga y a los presuntos narcotraficantes, en lugar de hundir embarcaciones sin pruebas exhibidas públicamente.
Respecto a las supuestas conversaciones entre Trump y Maduro, Miguel Mejía admite conocer la versión de Maduro, pero se niega a dar detalles. Señala que en conversaciones de Estado ninguna de las dos partes puede mentir fácilmente, porque hay registros oficiales (las llamadas se graban) y cualquiera podría desmentir al otro.
En todo caso, insiste en que la versión que él recibió no coincide con los relatos que hablan de ultimátum y de ofertas de salida del país a Maduro. Habla más bien de reuniones cordiales, incluso de invitaciones a Washington.
República Dominicana en medio: acuerdo con EE.UU. y soberanía nacional
Uno de los tramos más delicados de la entrevista se centra en el papel de República Dominicana. Según se comenta en el programa, habría un acuerdo de cooperación que permite a Estados Unidos usar territorio, espacio aéreo y marítimo dominicano para fines logísticos, de reabastecimiento y operaciones contra el narcotráfico.
Miguel Mejía expresa dos grandes preocupaciones:
- Venezuela y el riesgo de derramamiento de sangre. No solo por el impacto en ese país, sino por las consecuencias regionales.
- República Dominicana y su soberanía. Señala que no hay precedente de un nivel de involucramiento tan alto, y que el país corre el riesgo de parecer parte activa de una agresión a otra nación.
Aunque reconoce que se habla de cooperación contra el narcotráfico, para él el encuadre es político: primero se cuestionan las elecciones, luego se utiliza el narcotráfico como manto justificador. Vincula ese discurso con decisiones polémicas como la del indulto al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, condenado por narcotráfico, lo que le parece contradictorio con la supuesta lucha contra las drogas.
Además, critica decisiones que califica de “cantinfladas políticas”, como el nombramiento de un cónsul en Venezuela cuando las relaciones diplomáticas no están plenamente restablecidas. También menciona el caso de un consulado paralelo que habría entregado cientos de visas dominicanas al mes, con cobros irregulares y procedimientos cuestionables.
En este contexto, la fórmula miguel mejía nicolás maduro deja de ser solo un vínculo personal y se convierte en un punto de entrada para discutir la política exterior dominicana y sus límites.
Miguel Mejía como “puente de paz” entre gobiernos
Un elemento importante de la entrevista es el rol de Mejía como gestor informal de paz. Él mismo cuenta que, en otros momentos:
- Fue contactado por un importante empresario dominicano con relaciones en Estados Unidos.
- Este empresario le pidió que llevara un mensaje al gobierno de Biden, a través de Christopher Dodd, buscando un canal de entendimiento con Venezuela.
- Mejía condicionó su participación a la autorización del presidente dominicano en turno, Luis Abinader, subrayando que no podía hacer gestiones de ese tipo sin aval del jefe de Estado.
Según su relato, llevó el mensaje, pero la respuesta fue que ya existían canales oficiales de comunicación entre Estados Unidos y el gobierno de Maduro, y que preferían seguir esa vía.
A partir de ahí, explica que a menudo recibe propuestas o peticiones para mediar, pero que se cuida de no invadir el terreno de los canales oficiales. Aun así, se muestra dispuesto a ayudar cuando se trata de evitar una intervención o fomentar el diálogo, incluso canalizando a empresarios o figuras venezolanas residentes en República Dominicana que no se alinean ni con Maduro ni con Washington, pero quieren evitar un conflicto armado.
¿Qué solución propone Miguel Mejía para la crisis venezolana?
En la parte final de la entrevista, los periodistas le preguntan directamente: si usted ha conversado con Nicolás Maduro, si ha recorrido Caracas con él, ¿qué salida ve para evitar un baño de sangre?
La respuesta de Miguel Mejía gira en torno a tres ideas:
- Volver a la mesa de diálogo.
No solo una, sino varias mesas de diálogo, con la participación de gobierno y oposición, y eventualmente con mediadores internacionales calificados. - Depósitos de posiciones extremas “de lado y lado”.
Insiste en que tanto el gobierno venezolano como sus opositores y los actores externos deben ceder en sus posturas más rígidas para buscar puntos de coincidencia. - Evitar el derramamiento de sangre.
Recalca que quienes más sufren en una guerra son los que menos responsabilidad tienen. Por eso, su mensaje —según dice— es “más de paz que de guerra”, incluso cuando se le ve junto a Nicolás Maduro.
Para Mejía, el camino no pasa por bombardeos, bloqueos ni amenazas militares, sino por diplomacia de paz y construcción de confianza. Es ahí donde su amistad con Maduro y su cercanía con actores dominicanos y extranjeros la presenta como una oportunidad, no como un problema.
¿Qué significa hoy “reiterar la amistad” con Nicolás Maduro?
Al final, la fórmula Miguel Mejía condensa varias capas:
- Una amistad personal e ideológica que viene desde la era de Hugo Chávez.
- Un contexto de crisis interna en Venezuela, con acusaciones de fraude, oposición dividida y denuncias de violación de derechos.
- Una presión internacional encabezada por Estados Unidos, con amenazas de acción, discursos sobre narcotráfico y despliegue militar en la región.
- Un debate interno en República Dominicana sobre soberanía, acuerdos con Washington y la línea que debe trazar la política exterior.
Cuando Miguel Mejía dice “reitero mi amistad con Nicolás Maduro”, no solo defiende una relación personal, sino también una postura:
- Se ubica claramente en el campo político cercano al gobierno venezolano.
- Pero, al mismo tiempo, se presenta como promotor del diálogo y la paz, no de la guerra.
Para el lector interesado en política dominicana y regional, entender esta entrevista permite ver cómo RD se ve arrastrada al tablero geopolítico de Venezuela, y cómo figuras como Mejía pueden influir —para bien o para mal— en la forma en que el país se posiciona frente a los grandes conflictos de la región.
Preguntas frecuentes
1. ¿Por qué Miguel Mejía mantiene su amistad con Nicolás Maduro a pesar de las críticas?
Miguel Mejía afirma que su amistad con Nicolás Maduro viene desde el proceso iniciado por Hugo Chávez y que se basa en afinidades políticas e ideológicas. Considera que no tiene sentido negar esa relación precisamente en un momento de dificultad, y sostiene que su cercanía le permite llevar un mensaje de paz y diálogo en lugar de sumarse a la campaña de aislamiento.
2. ¿Qué opina Miguel Mejía sobre el papel de República Dominicana en la crisis de Venezuela?
Según sus declaraciones, le preocupa que República Dominicana facilite espacio aéreo, marítimo y logístico a Estados Unidos para operaciones vinculadas a Venezuela. Ve esto como un riesgo para la soberanía nacional y cree que el país no debe aparecer como parte de una agresión a otra nación, sino como un posible mediador que impulse el diálogo y la diplomacia de paz.
3. ¿Cuál es la solución que propone Miguel Mejía para evitar una intervención militar en Venezuela?
Miguel Mejía apuesta por volver a una mesa de diálogo entre el gobierno de Maduro y la oposición, con la posible participación de mediadores internacionales. Plantea que ambas partes deben ceder posiciones y buscar puntos de acuerdo, porque en cualquier intervención militar quienes más sufren son los sectores con menos responsabilidad política.
