Soto Jiménez advierte sobre la inestabilidad regional, el rol geopolítico dominicano y la ausencia de un Estado funcional en Haití

Soto Jiménez puso el foco en la espiral de violencia en Haití

Santiago.-El general (r) José Miguel Soto Jiménez, exsecretario de las Fuerzas Armadas, diplomático e historiador, alertó que el panorama internacional actual responde a dinámicas similares a las de la Guerra Fría, con nuevas potencias y amenazas en juego.

En el programa Telematutino 11, aseguró que la República Dominicana debe definir políticas de Estado claras, especialmente frente a la crisis en Haití, donde la ausencia de un gobierno efectivo y el control de grupos armados hacen urgente una estrategia coherente y permanente.

Soto Jiménez también señaló que los próximos cambios en la política exterior de Estados Unidos, particularmente con la posible influencia de líderes como Donald Trump, podrían impactar la región y, en consecuencia, a la nación dominicana.


Soto Jiménez explicó que la situación mundial actual —marcada por conflictos como el de Ucrania o las tensiones en Medio Oriente— recuerda la época de la Guerra Fría, aunque sin el mismo enfrentamiento ideológico. Ahora, afirma, actúan múltiples potencias atómicas, incluyendo países emergentes. Este escenario global complejo exige que la República Dominicana defina políticas de Estado estables y no transitorias, evitando la improvisación.

En el ámbito regional, el historiador destacó la relevancia del Caribe y la posición geoestratégica de la República Dominicana como centro geográfico del área. Históricamente, las grandes potencias han disputado influencia en el Caribe, y hoy, la indefinición de una línea política nacional frente a Haití es un punto crítico.

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Soto Jiménez subrayó que Haití carece de un Estado funcional, no controla su territorio ni mantiene las condiciones básicas de seguridad interna, lo que supone un riesgo constante para la estabilidad fronteriza.

Contexto y visión del rol de EE. UU.


Al referirse a la política de Estados Unidos, el exdiplomático explicó que, pese a los cambios de gobierno en Washington, las políticas de Estado norteamericanas mantienen cierta coherencia y continuidad. No obstante, el posible retorno de Donald Trump, con su énfasis en la migración ilegal y el replanteamiento de alianzas internacionales, podría repercutir en la isla.

Si la República Dominicana consigue alinearse con esos ajustes, podría fortalecer el control fronterizo y desarrollar políticas más eficaces ante la situación haitiana.

Soto Jiménez recordó que la República Dominicana no puede replicar su dinámica interna en la relación con Estados Unidos; debe comprender que la potencia del norte diseña sus estrategias basadas en intereses globales. La reciente anulación de la ley del DNI (Documento Nacional de Identificación) por parte del Tribunal Constitucional dominicano se interpretó en el contexto de presiones externas. Para Soto Jiménez, esto demuestra la necesidad de un enfoque nacional firme e independiente, que no ceda ante el impulso de normas apresuradas o influidas por terceros.

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Haití: Estado ausente y violencia endémica


La entrevista puso el foco en la espiral de violencia en Haití, evidenciada por masacres y enfrentamientos entre grupos armados que actúan sin control. Según Soto Jiménez, esta barbarie recurrente confirma la inexistencia de un Estado haitiano capaz de ejercer la autoridad, ofrecer seguridad y plantear políticas propias frente a la República Dominicana. Detrás de la inestabilidad haitiana, argumenta, hay influencias extranjeras y otros intereses encubiertos, pues el desgobierno absoluto no es beneficioso para quienes ejercen el poder real en la sombra.

El general retirado considera que Haití sufre un conflicto de naturaleza casi “civil” entre diferentes facciones, agravado por la falta de instituciones y de control territorial. La consecuencia es que República Dominicana afronta un vecino caótico con capacidad limitada —o nula— de articular una política clara hacia su contraparte isleña.

Implicaciones y proyecciones a futuro


En este contexto, las decisiones dominicanas deben ser coherentes, constantes y basadas en planes de largo plazo. Soto Jiménez afirmó que la soberanía no puede subordinarse a conveniencias externas ni a presiones coyunturales. La política hacia Haití no debería depender del líder estadounidense de turno, sino asentarse en una visión nacional coherente.

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En cuanto a la situación mundial, el historiador indicó que, a pesar del potencial belicismo internacional y de las amenazas nucleares latentes, los conflictos se siguen manejando en gran parte a través del poder económico y la influencia geopolítica. La República Dominicana, por su posición estratégica, podría verse involuntariamente involucrada en estos juegos de poder si no consolida sus políticas fronterizas, de seguridad y diplomacia.


El testimonio de José Miguel Soto Jiménez invita a la reflexión sobre la posición dominicana en un entorno global convulso. Mientras las potencias ajustan su ajedrez internacional —con o sin componente ideológico—, la República Dominicana debe asumir un rol activo y firme. Ante la inminente redefinición de las políticas estadounidenses, el país tiene la oportunidad de fortalecer su soberanía, atender con urgencia la crisis en Haití y forjar una estrategia de Estado que no fluctúe al ritmo de las administraciones foráneas.

La advertencia de Soto Jiménez es clara: sin políticas coherentes, la República Dominicana seguirá a merced de los vaivenes internacionales, mientras su frontera con Haití, frágil y conflictiva, continuará siendo un problema sin resolver.

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