Siria: El legado de la dinastía Al Asad y el incierto futuro del país

Siria. Bashar al Asad es el último presidente de una dinastía familiar que ha gobernado Siria durante más de 50 años.

Perteneciente a la minoría alauita, que constituye aproximadamente un 12% de la población, Al Asad ha defendido su liderazgo destacando la integración de diversas confesiones religiosas.

Sin embargo, su mandato ha estado marcado por la represión, la falta de libertades y una devastadora guerra civil.

Un régimen sostenido por Rusia e Irán

La Primavera Árabe de 2011 significó el mayor desafío para el gobierno de Al Asad. En las regiones de mayoría suní, los levantamientos contra su régimen estuvieron a punto de derrocarlo.

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Sin embargo, el respaldo militar y político de Rusia e Irán permitió a Al Asad resistir y recuperar el control del país con una férrea política represiva.

Este apoyo externo no solo salvó su gobierno, sino que también modificó los equilibrios de poder dentro y fuera de Siria.

Beneficiarios regionales y estancamiento del conflicto

La prolongada guerra civil, que lleva más de una década, ha beneficiado indirectamente a actores regionales como Turquía, Qatar y el Estado de Israel.

Estos países han sabido capitalizar la inestabilidad siria para influir en la dinámica geopolítica de Oriente Medio. A pesar de los esfuerzos internacionales por una resolución, los frentes de batalla permanecen estancados en los últimos años.

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¿Qué futuro le espera a Siria?

El futuro del país es incierto y se perfila hacia una posible partición de facto. Según analistas, el territorio sirio podría fragmentarse en unidades autónomas, cada una bajo la influencia de potencias externas.

Esta división reflejaría un escenario complejo en el que actores regionales y globales seguirán desempeñando un papel determinante en el destino del país.

Aunque Bashar al Asad ha logrado mantenerse en el poder, las secuelas de la guerra, la polarización interna y la dependencia de aliados extranjeros plantean serias dudas sobre la viabilidad de un futuro unificado y estable para Siria.

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