Sacando provecho al mal tiempo

manuel volquez

Manuel Vólquez

Duele saber que en medio de la emergencia provocada por la tormenta Melissa, algunos ciudadanos hayan optado por convertir las calles inundadas en escenarios de fiestas y balnearios improvisados. Son inadaptados sociales que cometen la torpeza de desafiar a los huracanes, que se involucran en festines etílicos, en el consumo de narcóticos, y no dan seguimiento a los reportes meteorológicos.

Como en anteriores fenómenos atmosféricos, los prolongados aguaceros volvieron a causar muchas inundaciones urbanas debido al colapso del arcaico drenaje pluvial, causando el desplazamiento de más de tres mil ciudadanos hacia albergues seguros y destruyendo infraestructuras de servicios esenciales básicos. Bastaron unas horas de chubascos para que calles, avenidas y hogares quedaran anegados, paralizando el tránsito y obligando a suspender las actividades cotidianas.

Lo del drenaje no se trata de un caso nuevo. Es una deficiencia estructural que las autoridades arrastran por décadas, como resultado del incontrolable crecimiento urbano sin planificación ni supervisión. Dicen los técnicos que si no hay un plan integral de drenaje pluvial, la ciudad seguirá a merced de ese caos.

La verdad es que el cambio climático está alterando drásticamente los patrones meteorológicos a nivel mundial. Entre sus múltiples consecuencias está la incidencia cada vez mayor de las inundaciones en las ciudades y zonas rurales, una realidad natural promovida en parte por la acción irracional y devastadora del hombre en el planeta con la deforestación y la urbanización desmedida que impiden que el suelo absorba correctamente el agua de lluvia favoreciendo la acumulación y el desplazamiento rápido de ésta, lo que produce aluviones desagradables.

Cuando surgen tormentas y ciclones, colapsan servicios fundamentales como agua potable, electricidad, transporte y otros. Por igual, miles de hogares resultan incomunicados, las siembras agrícolas quedan destruidas, los ríos se desbordan, con lamentables balances de muertos o desaparecidos. Los pronósticos científicos previenen que en un futuro no muy lejano moriremos sepultados bajo las aguas abundantes causadas por el cambio climático.

Y lo más repudiable de ese angustioso panorama es que no faltan personas que siempre buscan sacar provecho político en tiempo de desgracias colectivas, aquellos que responsabilizan al gobierno de turno del problema del drenaje pluvial, de todo, a sabiendas de que han sido cómplices de una realidad que ha padecido múltiples gestiones gubernamentales.

Ese el momento ideal para que los líderes de partidos políticos opositores, los diversos sectores sociales, en vez de hacer críticas oportunistas y electoreras, incorporen a sus militantes y dirigentes a las labores socorristas de las instituciones estatales para salvar vidas, un gesto que el pueblo dominicano agradecería. Pero dudo que lo hagan. La mayoría de la población toma nota de esas acciones y al momento del sufragio adopta castigos severos.

Leave a Reply