Razonamientos en tiempo de coronavirus

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Ramón Antonio Veras (Negro)

Por: Ramón Antonio Veras.

I.- Ejecutar con responsabilidad

1.- Estamos pasando por un período propicio para poner de manifiesto las fibras sensibles de los dominicanos y las dominicanas. El deber de responsabilidad cívica y ciudadana debemos exhibirlo ejecutando las medidas sanitarias que se han impartido.

2.- Cada uno de nosotros debe ponerse a la altura de las circunstancias llevando a la práctica la limpieza, la higiene. Hay que quitarse del lado todo lo que sea suciedad.

3.- Esta es la ocasión para estar aseados en la casa y así probar que ensuciar no forma parte de nuestro proceder. Desinfectar todo lo que tocamos para enseñar con el ejemplo que formamos parte de un pueblo hecho de un material disciplinado.

4.- Lo que manda la situación actual es de responsabilidad absoluta; que el cumplimiento de nuestras obligaciones nos caractericen; lo que está a cargo de nosotros no podemos ponerlo a un lado. El compromiso que nos impone el hecho de formar parte de la sociedad donde vivimos es hacerle honor al sentido del deber.

II.- Lo que nos manda el momento es responsabilidad

5.- En cualquier lugar donde nos encontremos es nuestro deber actuar apegados a la solidaridad. El apoyo a las causas justas lo demostramos al identificarnos con lo que conviene a la comunidad; la fraternidad debe sobresalir en cada uno de nosotros. Hay que hacerle coro a cualquier decisión que signifique apoyo, unión y completa empatía con lo que sea para el bien común.

6.- Estamos en el deber de secundar cualquier operativo que tenga por objetivo adherirse a planes que persigan hacerle la vida menos pesada a los que sufren. Apoyar actos solidarios manda un mensaje de que somos hombres y mujeres hechos para servir a quien necesita nuestro concurso.

7.- El coronavirus ha permitido demostrar que en el seno de nuestro pueblo hay ciudadanas y ciudadanos instruidos para tomar partido en los momentos de dificultad; con firme determinación para acciones humanistas y resolver en provecho de lo que es para bien de los que son los más, el pueblo. Estamos prestos a estar codo a codo con los que se adelanten para obrar con la única intención de inclinarse, parcializarse con lo que es útil.

8.- Hay que trabajar para la colectividad sin distinción alguna. La presente coyuntura no es para estar particularizando, individualizando ni especificando a persona o grupo

social. Lo que debemos es accionar con ideas para servirle a la sociedad humana sin dar carácter de exclusividad.

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9.- No importan las dificultades ni los hechos negativos que se nos presenten. Debemos estar preparados para ver servicios públicos colapsar. Pero nada de desmayo; la palabra sucumbir no está para ser usada; que nadie venga a decirnos que tenemos que darnos por obstruidos, que estamos bloqueados de mente. Ahora es que hay que sacar de abajo, ponernos firmes para resistir, luchar y vencer.

10.- Sí, ciertamente, es ahora que hay que funcionar con ideas y fuerzas. La mayor energía que podamos colocar por delante; empujar con ánimo; arrancar con determinación y poner en juego todo lo que significa aliento. Con entusiasmo podemos combatir y dar prueba de que el coronavirus no nos va a abatir porque estamos alentados por arraigadas convicciones.

11.- Al coronavirus hay que mostrarle que las dominicanas y los dominicanos somos valientes, decididos y prestos para mandar en cualquier momento mensajes de resistencia, decididos y valerosos; que mientras más complicado es el momento, mucho más rebeldía demostramos; que el arrojo forma parte de nuestro normal proceder. Ese virus no nos va a acobardar, a ponernos pusilánimes, ni mucho menos a apocarnos. No aceptamos amilanarnos; que jamás nos vean como un pueblo pobre de espíritu que se ha encogido.

12.- En este país sobran las mujeres y los hombres que no se dan por dominados por el hecho de que el coronavirus se presente como algo espantoso; que donde este llega es como si hiciera acto de presencia lo más horrible, aterrador, en fin, que está presente él enloquecedor, pavoroso y altamente apocalíptico.

III.- Necesitamos tener sentido de la unidad

13.- De situaciones más difíciles que las que ahora estamos padeciendo, nuestro pueblo ha sabido superarlas saliendo fortalecido, sus hijos más consecuentes haciendo uso de las potencialidades, energías y capacidades que les son propias. Es de esperar que así sea y no hay razón para pensar que será de otra manera.

14.- Las fuerzas económicas, políticas y sociales, que saben desempeñar el papel que les corresponde en cada proceso histórico, hoy como ayer se van a poner en tensión para accionar y alcanzar objetivos halagadores que no son otros que aquellos que nos hagan cambiar el presente de pesar por el futuro de alegría.

15.- La armonía para salir de esta etapa que nos ha colocado el coronavirus, resulta de singular importancia la venencia porque juntos, con bríos, podemos avanzar hacia las metas que nos hemos propuesto, que no son otras que aquellas con las cuales debemos comenzar a sentar las bases del progreso.

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16.- La fusión, ahora, de dominicanos y dominicanas es posible si nos movemos en la misma dirección para llegar a vencer y ejecutar. Acompañados unos de otros somos más y mandamos mensajes de aunar esfuerzos para superar las dificultades que nos lesionan a todos y a todas.

17.- Sería pensar corto, algo así como padecer de miopía política, creer que por el coronavirus nos encontramos en complicaciones sin solución, como en un callejón sin salida. Pues no; las contrariedades sabemos superarlas estando conectados en ideas, ejecuciones y con homogéneas decisiones. Pura y simplemente, con la integración para sustraernos a los feos nubarrones que en el presente observamos.

18.- Lo que en la actualidad debe guiarnos es ligar, asociar voluntades para proceder a obrar con constancia. El presente manda no dispersarnos y actuar con la mente bien dirigida en el orden de la cohesión, la integración y oportuna asociación, que nos ha de llevar a tener a nuestro alcance lo que nos proponemos, es decir, cambiar la situación actual que nos genera tristeza, por una nueva que nos ha de traer y mantener contentos.

19.- Si nos ponemos de acuerdo en puntos que nos unifican de seguro que lo lamentable, dramático y funesto que ha traído el coronavirus, lo vamos a cambiar por la dicha y la felicidad. La aleación de buenas ideas convierte los momentos de infortunios en dichosos.

20.- Lo que manda este momento de angustia para los dominicanos y las dominicanas, es que sus mejores hijos se acerquen mutuamente; que se arrimen para echarse encima los fatídicos problemas materiales y espirituales que ha traído el dañino coronavirus.

21.- Debemos dar pasos adelante y en firme para lograr el contacto que necesitamos y nos conviene sostener con plena confianza, sincera transparencia y abierta buena fe. Alcanzar la confraternidad sin fisuras, vinculándonos con lealtad hace posible materializar las sentidas aspiraciones y los legítimos deseos que tenemos para disfrutar de gratos, comunes y nobles sentimientos.

IV.- El coronavirus no nos va a vencer

22.- Nada de miedo entre nosotros. El coronavirus no nos va a doblegar, ni a torcer nuestra voluntad de resistir. Pueblo como el nuestro, integrado por ciudadanos y ciudadanas con mentalidad de que no se arrugan, jamás aceptan la sumisión ante la embestida feroz. De nosotros forman parte la rebeldía y la resistencia.

23.- Lo que manda el momento es poner de manifiesto nuestro deseo de vivir con mucha pasión. Sacar de lo más profundo de nuestro ser lo que nos motiva fogosidad, garras y gran vehemencia.

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24.- En cada rostro de nuestros coterráneos queremos ver ánimo, exaltación; necesitamos recibir noticias que nos alegren el alma por el bonito mensaje que nos traen. Aspiramos a sentirnos eufóricos y vivir abrazados con el optimismo por lo más alto.

25.- Hay que estar animado en cualquier lugar de la casa; nunca pensar en la palabra tristeza, pesadumbre ni aburrimiento. Hay que transmitir júbilo, deleite y contentamiento. Que el coronavirus, no nos robe el buen humor, la jocosidad y lo que siempre nos llena de alborozo: el deseo de vivir con felicidad compartida al lado de nuestros seres queridos.

26.- Sobreponernos debe ser nuestra divisa. Anteponer la buena voluntad en cada acto que ejecutamos. Hacer de tripas corazón; señorearnos como dueños de cada escenario; que no nos frene el temor; siempre proponer planes realizables en común y así probamos que podemos despuntar.

27.- Estamos para ir hacia delante; hacer progreso y ganar terreno. Retroceder, quedarnos atrás no debe estar nunca en nuestros planes. Cogerle la delantera al coronavirus es lo que nos indica la ocasión. Es una oportunidad más para ganar y estar en el lugar que nos manda la circunstancia por la que estamos pasando.

28.- En el contexto que ahora estamos en el país, hay que pensar que vamos a salir victoriosos. El éxito lo vamos a lograr si nos fijamos la idea de que la gloria será de nuestro pueblo; que vamos a ganar espacio cada día que transcurra porque estamos positivos, optimistas y llenos de sano idealismo. De seguro que sobre el coronavirus vamos a cantar victoria. .

29.- Los contratiempos, los imprevistos que se presenten no deben colocarnos en estado de debilidad y desesperación. Precisamente, la grandeza de los pueblos se prueba cuando ocurren las desgracias con la presencia de las desventuras.

30.- Cuando los pueblos pasan por aprietos como el que hoy está viviendo la mayor parte de la humanidad, se requiere la presencia y la voz de sus mujeres y hombres más decididos y juiciosos. El ambiente dominicano se presenta peliagudo, muy complicado, embarazoso; pero no es motivo para sentarnos a lamentar; hay que luchar para convertir lo intrincado en sencillo y lo complejo en fácil.

Santiago de los Caballeros, 31 de marzo 2020.