Marcha masiva: Padre Nino Ramos desafía a Barrick Gold

El padre Nino Ramos nsistió en que los manifestantes respetarán la propiedad privada

Santiago.-El padre Nino Ramos, líder religioso, convoca a una gran marcha pacífica el miércoles 22 de este mes de 2025 en la zona de Cotuí y Maimón.

Protestan contra la minera canadiense Barrick Gold por el presunto desalojo de campesinos y el uso de químicos que, según denuncian, afectan la salud y el medio ambiente local.

El padre Nino Ramos, conocido por su activismo social en defensa de las comunidades rurales, anunció que se unirá a los manifestantes desde tempranas horas de la mañana y pernoctará en la zona para respaldar a los campesinos.

Según sus propias declaraciones, “es un abuso dispararle a las personas que reclaman su derecho”, en alusión a los incidentes recientes donde, presuntamente, agentes policiales habrían reprimido a grupos que exigían respeto a sus tierras.

El religioso enfatizó que la marcha será completamente pacífica y que no se busca entablar enfrentamientos con las autoridades ni con la empresa. “No vamos a hacer nada violento; es una marcha a la que tenemos derecho por la Constitución”, afirmó.

Asimismo, subrayó que la protesta se ha organizado para llamar la atención sobre lo que considera una injusticia: la declaración de “utilidad pública” de los terrenos de los campesinos para luego concedérselos a una multinacional extranjera.

Además, el padre Nino Ramos insistió en que los manifestantes respetarán la propiedad privada de la mina. “Pueden dejar la puerta de la Barrick abierta, vamos a llegar hasta el frente, pero nadie va a entrar”, dijo, subrayando que su objetivo no es la confrontación directa, sino visibilizar los reclamos de las comunidades afectadas.

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De igual modo, advirtió que no teme a las represalias, pero aclaró que “no andamos buscando problemas con nadie”.

La preocupación por la contaminación medioambiental ocupa un lugar central en las denuncias de los organizadores. El padre Nino Ramos recalcó el uso de “venenos” en las operaciones de la Barrick Gold, afirmando que estos químicos supuestamente “dañan todo el medio ambiente, los animales y las aguas subterráneas”. Alega que este tipo de explotación minera a cielo abierto no estaría permitido en Canadá, país de origen de la empresa, por su alto riesgo para la salud humana y el ecosistema.

Barrick Gold, una compañía minera con sede en Canadá, mantiene operaciones de extracción de oro y otros minerales en varias regiones del mundo. En la República Dominicana, su presencia se concentra en la provincia Sánchez Ramírez, donde se encuentra la mina de Pueblo Viejo, cercana a localidades como Cotuí y Maimón.

Desde sus inicios, la empresa ha estado bajo la mira de comunidades locales y grupos ambientales que denuncian la contaminación del agua, la destrucción de ecosistemas y el desalojo de pobladores. Estos reclamos han generado múltiples protestas y llamados de atención a las autoridades, a quienes se les exige mayor fiscalización de la actividad minera y protección de los derechos de los residentes.

En esta ocasión, el punto central de la controversia radica en la supuesta declaratoria de utilidad pública de tierras pertenecientes a familias campesinas que, de acuerdo con los manifestantes, han habitado esas áreas por generaciones. Los opositores a la medida sostienen que sus hogares y formas de subsistencia se ven amenazados por la ampliación o los planes de explotación minera.

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La mención de químicos tóxicos, que el padre Nino Ramos califica como “el veneno más mortal que hay en la humanidad”, ha sido un tema recurrente en debates públicos sobre la actividad de Barrick Gold. Varias organizaciones ambientalistas también han advertido sobre los riesgos de la minería a cielo abierto y el uso de sustancias como el cianuro, empleado en la extracción de metales preciosos. Si bien la empresa sostiene que cumple con estrictos protocolos de seguridad y manejo de residuos, las denuncias persisten.

Llamado a la participación y postura de la Iglesia

El padre Nino Ramos extendió la invitación a toda la ciudadanía, en particular a otros sacerdotes y congregaciones religiosas. “Quisiera invitar a los sacerdotes de todo el país que vayamos a apoyar a esos cristianos que están allí”, declaró, aludiendo a la importancia de la solidaridad dentro de la comunidad católica y de la necesidad de elevar una voz conjunta frente a lo que describe como un “acto de justicia”.

Asimismo, hizo un llamado directo a las autoridades civiles y militares para que se respete el carácter pacífico de la manifestación. “Recuerden que nosotros no vamos a pelear con ustedes; vamos a reclamar un derecho constitucional de que los campesinos tienen derecho a vivir bien en su tierra”, advirtió, insistiendo en que cualquier acto violento podría ser evitado si se permite la libre expresión de los manifestantes.

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Reacciones oficiales y preocupaciones de seguridad

Hasta el momento, no existe una reacción oficial detallada por parte de Barrick Gold con respecto a esta nueva convocatoria de marcha. Sin embargo, en comunicados anteriores, la empresa ha reiterado su compromiso con la sostenibilidad y las comunidades vecinas, indicando que cumple con las normativas ambientales y sociales establecidas en la República Dominicana.

Por su parte, la Policía Nacional todavía no ha confirmado la estrategia de seguridad que se implementará durante las manifestaciones del miércoles 22. No obstante, el padre Nino Ramos sugirió que la institución podría tomar medidas preventivas para redirigir el tránsito por rutas alternas, en vista de que las protestas se realizarán en las vías de acceso a la zona minera.

Perspectiva social y económica

La provincia Sánchez Ramírez, donde se halla la mina operada por Barrick Gold, es una de las zonas con mayor dependencia de la actividad minera en el país. Por un lado, la extracción de oro y otros metales aporta ingresos significativos al Estado dominicano y ofrece puestos de trabajo locales. Por otro, sectores sociales y activistas advierten que estos beneficios económicos no siempre se traducen en una mejora real de la calidad de vida para los pobladores.

En especial, los campesinos y agricultores temen la pérdida definitiva de sus tierras y la contaminación de sus fuentes de agua, lo que podría poner en riesgo la producción agrícola y ganadera, base de sustento de muchas familias. Este choque entre el desarrollo minero y la protección de los recursos naturales, así como los derechos de las comunidades, alimenta un debate complejo en el que se enfrentan intereses económicos, medioambientales y sociales.

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