Miguel Mejía explica por qué es un “vertedero” el Palacio Nacional

Miguel Mejía hasta hace poco se desempeñaba como funcionario

Santiago.-En una entrevista en el programa Hoy Mismo, el dirigente político Miguel Mejía criticó abiertamente la gestión del presidente Luis Abinader y llegó a calificar el Palacio Nacional como un “vertedero”.

Sus declaraciones, emitidas tras su salida como ministro y en medio de tensiones familiares y políticas, generaron un intenso debate sobre el rumbo del gobierno y la diplomacia dominicana.

Miguel Mejía, quien hasta hace poco se desempeñaba como funcionario cercano al actual gobierno, afirmó que presentó su renuncia al Ministerio que ocupaba casi desde el inicio de la administración de Luis Abinader.

Según sus palabras, lo hizo en varias ocasiones, alegando que prefería “cuidar su imagen” antes que generar conflictos, dado que su relación con el presidente tenía, además, un vínculo familiar y personal.

En la conversación, Mejía señaló que su participación en el gobierno surgió tras una invitación directa en un momento crítico para el país, marcado por la pandemia de COVID-19. Sin embargo, con el paso de los meses, manifestó disconformidad con diversos aspectos de la administración, desde la política exterior hasta la gestión interna.

La frase polémica: “El Palacio Nacional es un vertedero”

El comentario que más controversia ha causado es la afirmación de que el Palacio Nacional se había convertido en un “vertedero”. Mejía argumentó que el presidente Abinader habría permitido la influencia de figuras políticas y diplomáticas que, a su entender, promueven agendas injerencistas en asuntos internacionales, especialmente respecto a países como Venezuela.

“Yo dije que estaba convirtiendo el Palacio Nacional en un vertedero porque la visión que tengo de ese grupo que estaba ahí es la de traer fósiles políticos”, expresó Mejía, en referencia a ciertos encuentros oficiales que, según él, no aportan al fortalecimiento institucional.

Diferencias irreconciliables y renuncia

El exministro destacó que sus críticas no son nuevas. Al poco tiempo de integrarse al gobierno, advirtió que podría verse afectado su perfil público por haber hecho campaña con otra fuerza política. Aun así, aceptó el cargo motivado por la gravedad de la crisis sanitaria.

Más noticias:   Gobierno inaugura obras por RD$238 millones en La Vega

Con el tiempo, Mejía presentó al menos tres renuncias formales —la primera datada en octubre de 2020— que, asegura, no fueron aceptadas. Finalmente, se produjo su desvinculación oficial mediante un decreto presidencial que, a juicio de Mejía, buscó “mostrar mano firme” justo en un contexto de visitas internacionales y con la atención mediática puesta en el Palacio Nacional.

Críticas a la política exterior

Otro de los puntos que generó un extenso debate fue la postura de Miguel Mejía sobre la política exterior dominicana. Afirmó que el Canciller y el equipo encargado de las relaciones internacionales actúan con un sesgo “injerencista”, alineándose incondicionalmente a intereses de potencias extranjeras, en particular respecto a la situación de Venezuela y Cuba.

Mejía aseguró haber mediado en “puentes de diálogo” entre el gobierno dominicano y autoridades de países bajo sanciones o presiones internacionales, como Venezuela, a fin de evitar confrontaciones innecesarias. Sin embargo, reprocha que no se haya mantenido la “diplomacia de paz” que, en su opinión, debería caracterizar la política exterior de República Dominicana.

“Mientras algunos están apostando a la confrontación y a la intervención, nosotros creemos en una solución política y diplomática. No se necesita derramamiento de sangre para resolver los problemas”, subrayó.

Tensión familiar

Una de las facetas más personales de esta polémica es la relación de Mejía con la familia Abinader. Él mismo la describe como un lazo de “amigos y parientes” que se remonta a la generación de los padres del actual presidente. Pese a manifestar “cariño” hacia el círculo familiar, Mejía lamentó el “malestar” que sus declaraciones han provocado.

Más noticias:   Estudian retorno gradual a las aulas

Aun así, insiste en que la manera en que se oficializó su salida del gobierno fue injusta, al no reconocer públicamente las renuncias que había entregado con antelación. Para Mejía, se trató de un cálculo político que habría buscado mostrar dureza ante la opinión pública.

Cuestionamientos a funcionarios clave

El exministro también dirigió fuertes señalamientos contra lo que considera “peones de grupos económicos” en puestos públicos de alta responsabilidad, señalando que la toma de decisiones estaría afectada por intereses privados. Entre los temas que más preocupación le generan sobresale el manejo del sector eléctrico, donde, según sus palabras, algunos funcionarios tendrían vínculos con empresas de generación de energía, representando un conflicto de intereses.

Por otra parte, señaló al Ministerio Público, particularmente a la magistrada Jenny Berenice, de presuntas maniobras para ganar aprobación de la Embajada de Estados Unidos, en la búsqueda de un posible ascenso a Procuradora General. Estas acusaciones, de gran calado, no cuentan con evidencia concreta en el contenido público, pero forman parte de las críticas constantes de Mejía a la actual gestión.

Más noticias:   DNCD ocupa 87 paquetes de drogas

Contexto y antecedentes

La trayectoria de Miguel Mejía está vinculada a la Izquierda Unida y a una larga amistad con líderes de la región, como el fallecido Hugo Chávez y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Su inclinación por los gobiernos considerados “progresistas” en América Latina ha sido fuente de controversia dentro de la política dominicana, sobre todo desde que aceptó un cargo en un gabinete de tendencia conservadora.

Por otro lado, las referencias históricas que hace Mejía a la familia Abinader resaltan una tradición de activismo y oposición a regímenes autoritarios en República Dominicana. Argumenta que el difunto padre de Luis Abinader, el doctor José Rafael Abinader, mantuvo posturas firmes a favor de la democracia y la soberanía nacional, las cuales, en su opinión, contrastan con la línea que sigue el actual gobierno.

La discusión en torno a la política exterior dominicana se ha agudizado en los últimos años, particularmente por la postura frente a la crisis venezolana. La República Dominicana, que en un principio fue mediadora en los diálogos de paz, terminó rompiendo relaciones con el gobierno de Nicolás Maduro y reconociendo como interlocutor a la oposición, lo cual Mejía considera “un error estratégico” que vulnera la soberanía y la neutralidad histórica de la nación.

En el ámbito interno, Mejía sostiene que la política energética, la independencia del Ministerio Público y las alianzas con grupos de poder económico han desvirtuado las promesas de cambio formuladas durante la campaña presidencial.

Deja una respuesta