La misi贸n de los forjadores del futuro

 

Ram贸n Antonio Veras (Negro)

Ram贸n Antonio Veras (Negro)

Por: Ram贸n Antonio Veras.

1.- Un ordenamiento econ贸mico y social es altamente valorado por la mayor铆a de la poblaci贸n por los logros obtenidos en el orden material y espiritual. Tener la posibilidad de desarrollarse f铆sica y culturalmente, solo se alcanza en un sistema que pone en primer plano al ser humano. El bienestar guarda relaci贸n directa con la forma de c贸mo est谩 organizada la sociedad.

2.- El d铆a martes 2 de enero en curso, 2018, un distinguido amigo que produce un programa de televisi贸n que se origina en la ciudad de Santiago de los Caballeros, me invit贸 a participar en compa帽铆a suya en un conversatorio televisivo. En una parte de mi intervenci贸n expuse que es mi deseo que en el nuevo a帽o los padres y los maestros hagan ingentes esfuerzos para que cada uno desde su espacio, hogar y escuela, realice significativos aportes para que nuestros ni帽os y ni帽as aprovechen al m谩ximo la ense帽anza que reciban. La instrucci贸n ocupa el lugar principal en el sistema de la organizaci贸n de la existencia del ser humano.

3.- La ayuda de m谩s valor hecha a una persona es hacerla acreedora comprobada de buenas cualidades asimiladas en el c铆rculo familiar y escolar. Las particularidades que identifican positivamente a ciudadanos y ciudadanas son el resultado de lo que aprendieron de sus ascendientes y preceptores. La manera de ser en la sociedad en general, es la que se ha adquirido en el n煤cleo familiar y pulida en los centros escolares.

4.- Corresponde a los padres y a los maestros entregarles a la sociedad entes sociales de buenas costumbres; que se destaquen por probada integridad y conducta ejemplar. En la medida que se forman personas de elevada condici贸n c铆vica y ciudadana, el pa铆s se fortalece porque va a contar con grupos humanos que aportan representatividad por su correcto proceder fruto de una exquisita educaci贸n.

5.- El esfuerzo de los padres y de los maestros se comprueba una vez se embarcan en darles una orientaci贸n correcta a ni帽os y ni帽as que est谩n bajo su responsabilidad. Es demostraci贸n de querer encaminar correctamente a los hombres y mujeres del futuro cuando los orientadores dirigen sus mensajes para que sean bien recibidos por aquellos que ma帽ana est谩n llamados a ser modelos de sus conciudadanos. Cautivar la voluntad mediante una pr茅dica edificante es obra de quienes procuran adornar el pensamiento con ideas que sirvan para hacer mejores personas en sus actuaciones.

6.- Si al frente del hogar y de las escuelas est谩n personas interesadas en desempe帽ar fielmente su misi贸n formadora de ni帽as y ni帽os, pueden disciplinar con calidad, guiar con buen tino y preparar el pensamiento de los que en el porvenir ser谩n ciudadanos y ciudadanas prototipo de seriedad, sensatez, formalidad y buenos modales. Fomentar la decencia, promover la honestidad, animar el deseo de ser libre, es avivar, empujar a la ni帽ez para que en la adultez est茅 apegada a la vida correcta en el seno de su comunidad.

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7.- A los ni帽os y a las ni帽as hay que educarles para que en el futuro procedan como adultos de actuar sencillo, libres de vicios sociales que, como la arrogancia y el engreimiento, en nada contribuyen a la buena acogida. El altanero es visto como el individuo de educaci贸n limitada que lleno de vanidad y muy presumido, se cree que est谩 por encima del bien y del mal, y siempre listo para con su trato malvado hacer sentir mal a otro, aunque finalmente termina siendo repugnante.

8.- Al pa铆s le conviene tener mujeres y hombres bien criados; con educaci贸n excelente y correctamente adoctrinados a los fines de que en sus relaciones con los dem谩s puedan dar demostraci贸n de haber sido instruidos para que se comporten con amabilidad, urbanismo y cortes铆a. Es de suma importancia disciplinar a los ni帽os y a las ni帽as para que no se comporten exhibiendo mala educaci贸n.

9.- Civilizar, dirigir bien a los que en el ma帽ana est谩n llamadas a accionar en distintas actividades p煤blicas y privadas, es cumplir una funci贸n social, ya sea como padre o maestro. Estimular a ni帽os y ni帽as para que sean productivos, es crearles el sentido de la eficiencia para que aporten al pa铆s, sean de utilidad, aptos para desempe帽arse con total idoneidad.

10.- De la buena formaci贸n de nuestros chavalitos va a depender que podamos sentar las bases para construir un pa铆s nuevo, con personas en condiciones de identificarse con los cambios sociales, econ贸micos, pol铆ticos e institucionales a que aspiramos y merecemos. El ser humano debidamente preparado est谩 en condiciones de hacer causa com煤n con las fuerzas motrices que en cada coyuntura hist贸rica se adhieren, hacen coro con los que levantan la voz demandando transformaciones.

11.- En los hogares y en las escuelas hay que ir formando el ser humano sensible, afectivo, para que aprenda a hacer suya la idea de la solidaridad, que es la m谩s alta expresi贸n de sensibilidad. Ser solidario, fraterno, entra帽a estar al lado de las causas justas, e impulsa a respaldar los movimientos de contenido social. Educar en la adhesi贸n elimina la posibilidad de aceptar el ego铆smo, el individualismo y el particularismo, as铆 como todo aquello que motiva indolencia y dejadez.

12.- La pr谩ctica de la vida nos ha ense帽ado que la persona cuyos padres la educan con principios s贸lidos de honradez, sinceridad, laboriosidad, responsabilidad, honestidad y fraternidad, llega a ser un ciudadano o una ciudadana de bien, de fino trato, diligente, tolerante, generosa, compasiva y siempre en disposici贸n de servir. La educaci贸n dom茅stica fija en la mente de los ni帽os y de las ni帽as conocimientos que se convierten en componentes, fundamentos de buena conducta, constituyentes de ejemplar vida p煤blica y privada.

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13.- Los padres y los maestros son los llamados a preparar a los dominicanos y a las dominicanas para que nuestro pa铆s est茅 compuesto por personas probadas en la decencia, moderaci贸n y honestidad; solamente as铆 vamos a contar con mujeres y hombres respetados y respetables por proceder de manera decente. Ajustar los actos a la decencia es demostrar apego a normas de conducta acrisolada adquirida por la instrucci贸n impartida en un hogar modelo y escuela de excelencia educativa.

14.- Necesitamos comenzar a desarrollar a dominicanos y a dominicanas virtuosas que sirvan de ejemplo en la sociedad en el orden 茅tico y moral, con la suficiente fortaleza educativa para resistir las tentaciones nocivas que puedan supervivir de un ordenamiento generador de taras que da帽an a los seres humanos. El hecho de aleccionar a ni帽os y ni帽as para que sean poseedoras de ideas de superaci贸n, hace posible tener admirables miembros en la comunidad. Ense帽ar las buenas actuaciones es una contribuci贸n a las futuras generaciones para ser motivadoras e incitar a la virtud y la disposici贸n hacia el bien. Los m茅ritos sirven para apreciar, calificar y distinguir a los miembros prominentes en un ambiente espec铆fico.

15.- Nuestro pa铆s necesita contar con personas que por la educaci贸n que les transmiten sus padres y les ense帽an en las escuelas, se comporten con limpieza en sus actuaciones. Solo as铆 olvidaremos las inconductas que ahora muestran determinados sectores que prueban que no fueron educados en honradez, probidad, compostura y modestia. La deshonestidad no tiene espacio en la mente de aquellos que fueron orientados en base a la pureza, el recato y la integridad. Los desvergonzados, los descarados se mueven bien all铆 donde no se tiene la honradez como signo de buena crianza en el hogar y de pedagogos cumplidores de su misi贸n de instruir.

16.- Para bien educar a sus descendientes, no basta el pap谩 y la mam谩 tratarlos con mucho cari帽o y complacerlos en sus reclamos materiales. Lo que importa es formarlos en valores, ense帽谩ndoles la forma correcta de c贸mo deben comportarse en el medio donde accionan. Debemos hacerles saber a nuestros hijos e hijas que como act煤an en sus relaciones con los dem谩s, va a depender la consideraci贸n de que se har谩n merecedores. El canalla no tiene calidad moral para reclamar distinci贸n de honorable.

17.- La buena formaci贸n que padres y maestros les den, respectivamente, a v谩stagos y alumnos, va a permitir que nos olvidemos de las lacras que hoy lamentamos sufrir, entre las que se destacan corrupci贸n, drogadicci贸n, narcotr谩fico, sicariato, feminicidios, ladronismo, sinverg眉encer铆a, deshonestidad, as铆 como degradaci贸n 茅tica y moral. A nuestros chiquillos debemos levantarlos con principios arraigados, incrustados en su conciencia para eliminar del ambiente dominicano todo lo que representa asesinato, crimen, delincuente, degeneraci贸n, as铆 como aquellos fen贸menos que hacen posible la vigencia de tachas que lesionan a cualquier pueblo civilizado.

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18.- Si el hogar y la escuela cumplen fielmente su misi贸n educadora, de seguro que las generaciones venideras recordaran las tachas que hoy nos lesionan, como afrentas de un pasado vergonzoso que como seres humanos sufrimos. No debemos seguir viviendo bajo agravio, escarnio, insolencia, vituperio y contumelia. Merecemos vivir en un ambiente que no se fundamente en la preponderancia de los que degradan, deshonran, humillan, averg眉enzan, abruman, en fin, toda esa escoria social que solo nos trae tristeza.

19.- En los hogares, los padres, y en las escuelas, los maestros, est谩n en el deber de convertirse en los forjadores de los dominicanos y las dominicanas que queremos sean los ciudadanos y las ciudadanas con los cuales debemos contar en la Rep煤blica Dominicana; con una formaci贸n apegada a la laboriosidad, el amor a los dem谩s, la hidalgu铆a ciudadana y el sentido de la colaboraci贸n basada en principios 茅ticos y morales que tengan por base una ideolog铆a humanista, fundamentado el proceder en un ideario que descanse en convicciones fruto de una pr茅dica cargada de mensajes que pongan como objetivo principal servirle a la sociedad.

20.- La mayor gloria que puede alcanzar la familia y la escuela dominicana en todo el siglo 21, es formar para el futuro del pa铆s a seres humanos que se destaquen por sentirse orgullosos de haber sido educados con fina sensibilidad; instruidos en principios 茅ticos y morales basados en querer a sus semejantes; instruir para ser luchadores pol铆ticos y sociales contra la desigualdad y la discriminaci贸n de cualquier naturaleza. En fin, preparados para demostrar amor y no odio; sinceridad y no falsedad, solidaridad y no individualismo, generosidad y no ego铆smo, honestidad y no corrupci贸n.

21.- El esfuerzo que hagan los padres y los maestros en la formaci贸n de la ni帽ez del pa铆s, ser谩 compensado con la satisfacci贸n que van a tener por el deber cumplido; y saber que su batallar no fue en vano porque se impulsaron a los fines de que su deseo fuera la halagadora realidad de dejar mujeres y hombres de buen proceder. Empe帽arse por aportar en el orden social es entregarse a la comunidad para el disfrute de toda la sociedad.

Santiago de los Caballeros,
16 de enero de 2018.

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