Indexación salarial: Ito Bisonó pide propuestas viables
Indexación salarial en República Dominicana
¿Qué es y por qué importa?
Santo Domingo, 7 noviembre (Noticia.do).-La indexación salarial es un mecanismo que ajusta automáticamente los sueldos de los trabajadores en función de la inflación. Su propósito principal es proteger el poder adquisitivo de los asalariados cuando los precios suben, evitando que los ingresos reales se erosionen.
En el contexto dominicano, donde el debate público sobre salarios, costos de vida y carga tributaria es permanente, este instrumento reaparece con fuerza como una alternativa para alinear los ingresos de los hogares con la evolución de los precios.
Desde la óptica del contribuyente, la indexación se relaciona con la forma en que el Estado define tramos del Impuesto Sobre la Renta (ISR) y con la revisión de sueldos en los sectores público y privado. Para las empresas, especialmente las Mipymes, tiene implicaciones sobre costos laborales, planificación financiera y competitividad.
Más allá de la técnica, el debate es político y social. ¿Quién absorbe el costo del ajuste? ¿Cómo preservar el empleo y, al mismo tiempo, evitar que los salarios se queden rezagados frente a la inflación? Estas preguntas marcan el centro de la conversación en el país.
Marco legal: artículo 317 del Código Tributario
El artículo 317 del Código Tributario dispone que la escala del ISR aplicada a los salarios debe revisarse anualmente conforme la inflación.
En términos prácticos, esto significa que los tramos exentos y los gravados tendrían que actualizarse para que la carga tributaria no aumente solo por efecto de los precios. Este marco es clave para comprender el componente fiscal del debate, pues separar la indexación de sueldos (relación trabajador–empleador) de la indexación tributaria (relación contribuyente–Estado) ayuda a clarificar los objetivos de cada propuesta.
Mientras la indexación tributaria busca que el impuesto no “muerda” más por la inflación, la indexación salarial persigue que el salario nominal no se quede atrás. Ambos frentes pueden coexistir, pero requieren diseño técnico y calendarios de ejecución bien definidos.
En la discusión actual, estos dos planos suelen cruzarse: por un lado, la actualización de la escala del ISR; por otro, el ajuste de los sueldos en el mercado laboral.
Inflación y pérdida de poder adquisitivo
Cuando los precios suben, el salario sin ajuste pierde valor real. Para hogares que destinan gran parte de su ingreso a alimentación, transporte, vivienda y educación, pequeñas variaciones en la inflación acumulan una diferencia apreciable al final del año. Por ello, toda conversación sobre indexación es, en esencia, una discusión sobre bienestar de los hogares y capacidad de compra.
Una política de indexación bien diseñada intenta que el ingreso real no caiga, a la vez que evita provocar efectos secundarios indeseados como presiones inflacionarias adicionales, informalidad o pérdida de competitividad. El equilibrio depende de cómo se mida la inflación, con qué frecuencia se ajuste y a quiénes alcance.
Para la audiencia dominicana, este tema conecta con preocupaciones cotidianas: el costo del colmado, el precio del transporte, la factura de servicios y la renta. De ahí la relevancia de discutirlo con datos, gradualidad y consenso.
La propuesta de Omar Fernández
Indexar salarios anualmente
El senador del Distrito Nacional, Omar Fernández, ha puesto sobre la mesa la idea de indexar anualmente los salarios, de manera que los sueldos acompañen la inflación. El énfasis está en un mecanismo claro y periódico que evite que los trabajadores pierdan poder de compra, y que reduzca la discrecionalidad o los rezagos en la actualización.
La lógica de esta propuesta es simple: si los precios suben, el salario debería ajustarse con un indicador oficial en un calendario conocido. Este enfoque da previsibilidad a las familias y permite a las empresas planificar mejor.
Un diseño detallado tendría que precisar el índice de referencia, el mes de corte y los sectores alcanzados (público, privado, Mipymes), además de reglas para escenarios extraordinarios de inflación.
Eximir del ISR hasta RD$52,000
El planteamiento incorpora además eximir del pago de ISR a los salarios hasta RD$52,000 mensuales. La intención es aliviar la carga tributaria de la población asalariada, especialmente de ingresos medios y medios-bajos, reforzando el efecto protector de la indexación sobre el ingreso disponible.
Para los hogares, esto significa más liquidez al final de cada mes y un respiro en momentos de aumento de precios. Para el fisco, implica evaluar el impacto recaudatorio y cómo compensarlo sin afectar servicios esenciales.
La convergencia entre indexación salarial y alivio fiscal crea un paquete con alto atractivo social, pero también con desafíos de sostenibilidad presupuestaria y de ejecución técnica.
Objetivo y alcance de la iniciativa
El objetivo declarado es proteger los ingresos reales y frenar la “progresividad por inflación” del ISR. El alcance práctico dependerá de su reglamentación: si cubre a todos los asalariados, si tiene topes por nivel salarial o si se implementa primero en sectores específicos con escalamiento posterior.
Una implementación realista puede contemplar fases y criterios de elegibilidad, con especial foco en Mipymes, que constituyen una parte significativa del tejido productivo nacional y donde el costo laboral tiene un peso mayor.
En todo caso, la propuesta apunta a un cambio estructural en la manera de ajustar salarios y tramos del ISR, con implicaciones macro y microeconómicas.
Respuesta de Víctor “Ito” Bisonó
Viabilidad y “propuestas aterrizables”
El ministro de Industria, Comercio y Mipymes, Víctor “Ito” Bisonó, reaccionó indicando que le gustaría ver propuestas viables y aterrizables. Es decir, iniciativas que no solo luzcan bien en el papel, sino que puedan aplicarse en la práctica sin desajustes mayores en el mercado laboral ni en las finanzas públicas.
En su valoración, la viabilidad pasa por demostrar cómo, cuándo y con qué recursos se implementaría la medida, y por garantizar que las reglas sean coherentes con el marco legal vigente y con la capacidad institucional.
Este llamado a la viabilidad no niega el problema de fondo —la pérdida de poder adquisitivo—, pero pone el acento en el “cómo” y no solo en el “qué”.
Relación con reformas integrales pendientes
Bisonó también aludió a la necesidad de reformas integrales que no siempre han sido posibles en el pasado. La indexación salarial y la actualización tributaria pueden formar parte de una agenda más amplia que ordene los incentivos, la calidad del gasto y la eficiencia recaudatoria.
Integrar la indexación en una reforma mayor permitiría definir compensaciones fiscales, reglas de responsabilidad presupuestaria y mecanismos de transparencia para el seguimiento de resultados.
El mensaje es claro: la solución requiere coordinación interinstitucional y decisiones que miren más allá del corto plazo.
Contexto: aumentos salariales recientes
El ministro destacó que se han concretado aumentos salariales en varios sectores mediante acuerdos entre patronos, trabajadores y gobierno. Estos ajustes, si bien positivos, no sustituyen un esquema de indexación automática, pero sí muestran la capacidad del diálogo social para producir resultados.
El antecedente sirve para pensar la indexación como un paso siguiente dentro de una secuencia de acuerdos, en vez de un salto aislado. Eso permite construir confianza y reducir la incertidumbre.
La clave será pasar de aumentos puntuales a reglas previsibles que eviten rezagos en períodos de mayor inflación.
Reacciones del sector empresarial
Postura de la Asociación de Empresas e Industrias
Desde el sector privado se ha insistido en que la escala del ISR debería ajustarse por inflación con mayor consistencia, evitando que la carga fiscal se vuelva más pesada sin un aumento real de ingresos. Algunas voces empresariales apuntan a que el tramo exento debería ser más alto que el vigente, en línea con la pérdida acumulada de poder de compra.
Esta posición converge con la intención de proteger a los asalariados, pero también exige un balance fiscal que no desfinancie servicios públicos esenciales. El reto es conciliar ambos objetivos.
De cara al diálogo, el sector productivo solicita certeza regulatoria y un proceso de implementación que considere los ciclos de caja de las empresas.
Costos laborales, Mipymes y competitividad
Para las Mipymes, un aumento simultáneo de salarios y cargas conexas (como contribuciones sociales) puede resultar desafiante. Por eso, al discutir indexación, es crucial contemplar medidas de apoyo transitorio que eviten cierres o informalidad.
Entre las herramientas posibles figuran créditos blandos para capital de trabajo, escalas de cumplimiento por tamaño de empresa y programas de productividad que ayuden a absorber el costo sin trasladarlo totalmente a precios.
El objetivo es preservar el empleo formal y mantener la competitividad, en especial en sectores expuestos a la competencia internacional.
Escenarios de implementación gradual
Una implementación gradual puede reducir el estrés sobre empresas y presupuesto. Esto incluye pilotajes en sectores con mayor formalidad, reglas de gatillo que activen ajustes solo si la inflación supera cierto umbral y techos para evitar que el costo se concentre en un mismo período.
Asimismo, puede aplicarse una indexación parcial (por ejemplo, 70–80% del IPC) para mitigar efectos de segunda ronda, con revisión anual de la fórmula.
Los detalles importan: el calendario, el índice, la cobertura y las salvaguardas determinan el resultado final.
Impacto fiscal y social
Efectos sobre la recaudación y el presupuesto
Eximir del ISR hasta RD$52,000 y actualizar anualmente la escala reducirá la recaudación por salarios. Para hacerlo sostenible, el diseño debe prever medidas compensatorias como cerrar brechas de evasión, revisar gastos tributarios ineficientes o activar escalas temporales de ajuste en otros rubros.
También es aconsejable incorporar una regla fiscal que limite el impacto neto en el déficit y un ancla de transparencia que publique, cada año, cuánto se ajustó la escala, cuántos contribuyentes beneficiados y el costo fiscal.
En síntesis, la viabilidad fiscal no es un obstáculo si existe planificación y metas de responsabilidad presupuestaria.
Beneficios potenciales para asalariados
Para los trabajadores, la indexación puede traducirse en estabilidad del ingreso real, previsibilidad y menor presión del ISR por inflación. En el corto plazo, eso se ve en más dinero disponible para consumo y ahorro; en el mediano, en una mejor planificación financiera de los hogares.
Adicionalmente, un sistema claro reduce conflictos laborales, porque las reglas de ajuste se conocen de antemano y no dependen de negociaciones improvisadas.
El punto de equilibrio es que los beneficios no vengan acompañados de alzas de precios o informalidad. De ahí la importancia de la gradualidad y la coordinación.
Riesgos y salvaguardas
Los riesgos más citados incluyen efectos de segunda vuelta (salarios que empujan precios y viceversa), presión sobre Mipymes y rigidez en momentos de desaceleración. Las salvaguardas típicas son fórmulas que ajusten solo una proporción de la inflación, umbrales que activen el ajuste y cláusulas de suspensión en emergencias.
También se recomiendan mesas técnicas permanentes para monitorear impactos y ajustar parámetros con evidencia, evitando decisiones impulsivas.
La educación financiera y la comunicación clara con trabajadores y empleadores son parte de la ecuación para minimizar malentendidos y expectativas desalineadas.
Hoja de ruta para una propuesta viable
Datos, calendario y mecanismos de ajuste
Una ruta realista debería comenzar con un diagnóstico de inflación y salarios, seguido por la definición del índice de referencia y un calendario anual (por ejemplo, ajustes cada enero con base en el IPC del año previo). La fórmula puede incluir un porcentaje de indexación y un límite superior para evitar choques.
Para el componente tributario, la Dirección General de Impuestos Internos podría publicar de forma automática la tabla del ISR actualizada cada año, con visualizaciones sencillas y un simulador en línea para que los contribuyentes estimen su carga.
En el frente laboral, se sugiere coordinar con el Comité Nacional de Salarios para que la indexación conviva con los salarios mínimos sectoriales sin duplicidades.
Diálogo tripartito y transparencia
El éxito depende del diálogo tripartito: gobierno, empleadores y trabajadores. Una mesa permanente con actas públicas, minutas y reportes de impacto construiría confianza y permitiría ajustes rápidos ante cambios económicos.
La transparencia incluye publicar metodologías, series de datos y evaluaciones independientes. Así, el debate se centra en evidencia y no en percepciones.
Además, un buen sistema de comunicación —guías simples, preguntas frecuentes, simuladores— reduce fricciones en la implementación.
Monitoreo y evaluación
Todo esquema de indexación debe venir con indicadores de éxito: evolución del ingreso real, formalidad laboral, inflación subyacente, productividad y costo fiscal. Con metas anuales, la ciudadanía puede verificar si la medida cumple su propósito.
Un panel de expertos que rinda informes periódicos aportaría independencia técnica y credibilidad. Si los resultados divergen de lo esperado, se activan mecanismos de corrección.
Así se asegura que la política sea aprendible: mejora con el tiempo y se adapta al ciclo económico.
Indexación salarial

La discusión en República Dominicana sobre indexación salarial y actualización del ISR refleja una preocupación legítima: proteger el poder de compra sin descuidar la estabilidad macro y la competitividad. La propuesta de Omar Fernández y el llamado de Víctor “Ito” Bisonó a presentar propuestas viables pueden converger en un plan técnicamente sólido, gradual y transparente.
Con reglas claras, monitoreo y diálogo tripartito, es posible alcanzar un equilibrio entre ingresos reales, sostenibilidad fiscal y dinamismo empresarial. La clave está en el detalle: fórmula, calendario, cobertura y salvaguardas.
Llamada a la acción: como ciudadanía, informémonos, participemos en las consultas y exijamos transparencia en los números. Con evidencia y consenso, la indexación puede ser un instrumento para mejorar la calidad de vida sin comprometer el futuro.
Preguntas frecuentes
¿Qué significa indexar salarios por inflación?
Es ajustar los sueldos con base en un índice de precios (como el IPC) para que el ingreso real no se reduzca cuando suben los precios. Se fija una fórmula y un calendario de aplicación —por ejemplo, una vez al año— y se comunica de forma transparente.
¿Cómo funcionaría la exención del ISR hasta RD$52,000?
La propuesta plantea que los salarios hasta RD$52,000 mensuales no paguen ISR. Para aplicarla, el Estado debe actualizar la tabla del impuesto, definir la fecha de entrada en vigor y publicar orientaciones para empleadores y empleados.
¿La indexación afecta a las Mipymes?
Sí, porque eleva el costo laboral. Por eso se recomiendan medidas de apoyo (créditos, escalas de cumplimiento, programas de productividad) y gradualidad para que Mipymes puedan adaptarse sin reducir empleo o irse a la informalidad.
¿Qué pasos se requieren para aprobar la medida?
Se necesita un diseño técnico (índice, fórmula, calendario, cobertura), el marco legal correspondiente, estimación del impacto fiscal y un acuerdo tripartito. Además, mecanismos de transparencia y un plan de monitoreo para evaluar resultados y hacer ajustes.
