Golpes de Estado en Perú: cronología y análisis histórico

Golpes de Estado en Perú: cronología y análisis histórico

Golpes de Estado en Perú

Desde su independencia en 1821, el Perú ha atravesado una historia política marcada por una constante ruptura del orden constitucional. Los golpes de Estado y autogolpes han sido una herramienta recurrente para resolver disputas de poder, consolidar liderazgos o reestructurar el sistema político. Este patrón ha afectado profundamente el desarrollo democrático del país, generando ciclos de inestabilidad institucional y desconfianza ciudadana.

El objetivo de este recuento histórico es ofrecer una visión completa de los principales golpes de Estado ocurridos desde 1830 hasta la actualidad, con énfasis en los más significativos de los siglos XX y XXI. A lo largo de casi dos siglos, el Perú ha experimentado más de una docena de quiebres constitucionales, lo que ha moldeado su vida política y su relación con las Fuerzas Armadas.

En este análisis también se abordará cómo esta constante interrupción del orden democrático ha impedido la consolidación de instituciones sólidas, generando un clima de permanente inestabilidad política que aún hoy se percibe en la gobernabilidad del país.

Contexto político e histórico desde 1830

Tras la independencia, el Perú enfrentó profundas divisiones entre militares y civiles, centralistas y federalistas, liberales y conservadores. Estas tensiones dieron lugar a los primeros golpes de Estado, protagonizados por caudillos militares que veían en la fuerza el medio más eficaz para tomar el poder.

El siglo XIX peruano fue un período de formación institucional débil, donde las constituciones se sucedían sin consolidarse. Entre 1830 y 1900 se registraron más de 10 cambios abruptos de gobierno. La intervención militar se convirtió en una constante, marcando un precedente que se repetiría durante los siglos siguientes.

Golpes de Estado en el siglo XIX

Las primeras rupturas constitucionales

El siglo XIX se caracterizó por la lucha entre proyectos políticos en conflicto. La ausencia de partidos estables y el predominio de líderes militares como Ramón Castilla, Felipe Santiago Salaverry o Andrés de Santa Cruz condujeron a una dinámica de poder basada en la fuerza.

Durante este período, la figura del militar como salvador de la patria se consolidó. Cada gobierno derrocado justificaba su caída por “la necesidad de restablecer el orden” o “salvar la república”. Esta narrativa se repitió durante más de un siglo, en distintos contextos.

El golpe de 1834 y la inestabilidad republicana

En 1834, el presidente Luis José de Orbegoso fue derrocado temporalmente por el general Pedro Bermúdez, lo que desencadenó enfrentamientos civiles que casi sumen al país en una guerra interna. Aunque Orbegoso logró recuperar el poder, el episodio dejó claro que la autoridad civil dependía de la voluntad militar.

Posteriormente, la Confederación Perú-Boliviana (1836–1839) también surgió tras un golpe y terminó disuelta por una intervención armada. Estos acontecimientos definieron el tono de un siglo dominado por la inestabilidad política y los gobiernos de facto.

Transiciones militares y civiles en el siglo XIX

Durante la segunda mitad del siglo XIX, el Perú experimentó varias interrupciones del orden constitucional, muchas veces impulsadas por conflictos económicos o por disputas sobre la gestión del guano y el salitre. Los golpes de 1854, 1865 y 1872 reflejaron un país en constante pugna por definir su rumbo político y económico.

El golpe de 1872 contra el presidente electo Manuel Pardo, aunque fallido, demostró el rechazo militar a la consolidación de una república civil. Esa tensión entre poder civil y militar sería una constante hasta bien entrado el siglo XX.

Golpes de Estado en el siglo XX

Golpes de Estado en Perú: cronología y análisis histórico

El golpe de 1914 contra Guillermo Billinghurst

El primer gran golpe del siglo XX ocurrió el 4 de febrero de 1914, cuando el presidente Guillermo Billinghurst fue derrocado por un sector del Ejército encabezado por el coronel Óscar R. Benavides. El golpe marcó el fin de un gobierno popular que había intentado promover reformas laborales y sociales. Benavides asumió el poder y abrió una nueva etapa de intervención militar en la política peruana.

El golpe de 1930 liderado por Sánchez Cerro

El 25 de agosto de 1930, el comandante Luis M. Sánchez Cerro encabezó un golpe de Estado que puso fin al gobierno de Augusto B. Leguía, tras once años de régimen autoritario. Este hecho dio inicio a una época de fuerte inestabilidad que incluyó asesinatos políticos, persecuciones y el retorno temporal de los militares al poder.

El golpe militar de 1948 encabezado por Odría

El 27 de octubre de 1948, el general Manuel A. Odría derrocó al presidente José Luis Bustamante y Rivero, instaurando un régimen militar conocido como el “Ochenio de Odría”. Este período se caracterizó por un autoritarismo férreo, persecución política y un discurso de orden y progreso económico que, sin embargo, debilitó la vida democrática.

El golpe de 1962 y la Junta Militar

En 1962, un nuevo golpe militar impidió la asunción del presidente electo Víctor Raúl Haya de la Torre, tras denuncias de fraude electoral. La Junta Militar gobernó hasta 1963, cuando convocó nuevas elecciones que dieron la victoria a Fernando Belaúnde Terry.

El golpe de 1968 de Juan Velasco Alvarado

El 3 de octubre de 1968, las Fuerzas Armadas lideradas por el general Juan Velasco Alvarado derrocaron al presidente Belaúnde Terry. Este golpe marcó el inicio de la llamada “Revolución Peruana”, un proyecto nacionalista y reformista que buscaba transformar la estructura social y económica del país.

Durante su gobierno, Velasco nacionalizó sectores estratégicos, impulsó la reforma agraria y rompió relaciones con Estados Unidos. Aunque tuvo apoyo popular al inicio, su gestión terminó debilitada por la crisis económica y las divisiones internas en el Ejército.

El relevo militar de 1975 con Morales Bermúdez

En agosto de 1975, un nuevo golpe militar encabezado por el general Francisco Morales Bermúdez desplazó a Velasco. Morales Bermúdez prometió una “segunda fase” del gobierno militar orientada hacia la estabilización económica, pero finalmente condujo al retorno de la democracia en 1980, tras convocar una Asamblea Constituyente.

Autogolpes y crisis del siglo XXI

El autogolpe de Alberto Fujimori en 1992

El 5 de abril de 1992, el presidente Alberto Fujimori disolvió el Congreso, intervino el Poder Judicial y suspendió la Constitución de 1979 en un acto calificado como autogolpe de Estado. Con apoyo de las Fuerzas Armadas, Fujimori justificó su decisión señalando la “obstrucción parlamentaria” a sus reformas. Su gobierno derivó en un régimen autoritario que se mantuvo hasta el año 2000.

El intento de autogolpe de Pedro Castillo en 2022

El 7 de diciembre de 2022, el entonces presidente Pedro Castillo anunció la disolución del Congreso y la instauración de un “gobierno de emergencia”. Sin embargo, las Fuerzas Armadas y la Policía no lo respaldaron. En pocas horas, Castillo fue destituido y detenido, en un episodio que recordó los ecos de la crisis institucional de los noventa.

Consecuencias políticas y sociales contemporáneas

Estos eventos demuestran que el golpe de Estado, aunque condenado, sigue siendo un recurso latente en la política peruana. La fragilidad institucional, la polarización social y la desconfianza en los partidos políticos contribuyen a perpetuar un ciclo de inestabilidad que se refleja en la sucesión de presidentes destituidos en las últimas décadas.

Impacto de los golpes en la inestabilidad política

Ruptura del orden constitucional

Cada golpe de Estado en Perú ha representado una fractura en el desarrollo democrático. La interrupción del orden constitucional ha afectado la continuidad de políticas públicas, debilitado la justicia y frenado los avances en materia de derechos humanos.

Desconfianza ciudadana e institucional

Los constantes cambios de gobierno han generado una profunda desconfianza ciudadana hacia las instituciones. Según diversos estudios, la población percibe que el poder político se usa con fines personales o partidarios, lo que dificulta la gobernabilidad y la estabilidad a largo plazo.

El rol de las Fuerzas Armadas y el poder civil

Históricamente, las Fuerzas Armadas han sido actores decisivos en el rumbo político del país. Si bien en las últimas décadas han mantenido una postura más institucional, su peso en los momentos de crisis continúa siendo determinante. El desafío para el Perú sigue siendo consolidar un equilibrio real entre el poder civil y el militar.

Conclusión: la herencia de los golpes de Estado en Perú

La historia peruana demuestra que los golpes de Estado no solo interrumpen gobiernos, sino también proyectos de nación. La persistencia de este fenómeno revela una debilidad estructural del sistema político y una falta de cultura democrática sólida. Superar este ciclo implica fortalecer las instituciones, promover la educación cívica y garantizar la transparencia en la gestión pública.

Hoy más que nunca, el Perú enfrenta el desafío de romper con su pasado de rupturas institucionales para construir un futuro basado en el respeto a la Constitución, la justicia y la participación ciudadana. Solo así podrá consolidar una democracia verdaderamente estable.

Preguntas frecuentes

¿Cuántos golpes de Estado ha tenido Perú en su historia?

Desde 1830, el Perú ha experimentado al menos 15 golpes y autogolpes de Estado reconocidos oficialmente, con diferentes motivaciones políticas y militares.

¿Cuál fue el golpe de Estado más relevante del siglo XX?

El golpe de 1968, liderado por el general Juan Velasco Alvarado, es considerado uno de los más significativos por su impacto económico, social y político, al transformar profundamente la estructura del país.

¿Qué diferencia hay entre un golpe y un autogolpe?

Un golpe de Estado ocurre cuando un grupo, generalmente militar, derroca al gobierno en ejercicio. En cambio, un autogolpe sucede cuando el propio presidente disuelve las instituciones democráticas para concentrar el poder en su persona.

¿Cómo afectan los golpes de Estado la democracia peruana?

Los golpes de Estado debilitan la democracia al interrumpir la continuidad institucional, reducir la confianza en el sistema político y dificultar el desarrollo de una cultura democrática sólida. Sus efectos pueden durar décadas.

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