Tres dominicanos acusados de tráfico de pastillas en una cárcel

Los dominicanos son acusados de traficar con Suboxone

Tres dominicanos acusados de tráfico de pastillas en una cárcelMiguel Cruz Tejada

NUEVA YORK._ Tres dominicanos, entre ellos una mujer y la novia caucásica de uno, fueron acusados de traficar pastillas Suboxone, una sustancia controlada en la cárcel del condado Middlesex en Massachusetts.

Los sospechosos son Juan Peguero, quien también usa el nombre de “José Rodríguez”, John Leger, Lea Peguero, prima del primero y Melissa Digaetano.

Todos se declararon no culpables de los cargos de conspiración, para violar las leyes anti drogas de los Estados Unidos, cuando fueron procesados en el Tribunal Superior de Salem el viernes.

Una de las acusadas, espera juicio por asesinato y otro, fue anteriormente acusado de crueldad animal por abusar de un cachorro.

Entre otros cargos, se les imputa posesión y posesión con la intención de distribuir una sustancia controlada, entregar drogas a un prisionero y conspirar.

El esquema, el último de una serie de esfuerzos recientemente descubiertos para llevar drogas ilegales a la cárcel de Middleton, fue descubierto en julio pasado, dijeron los fiscales.

Qué es el Suboxone

Los investigadores dijeron que escucharon las llamadas grabadas en las que Peguero y su prima discutieron su plan de recaudar dinero para honorarios de abogados al vender Suboxone dentro de la cárcel.

Suboxone es un medicamento que se usa para tratar la adicción a los opiáceos, pero que también tiene el potencial de ser usado como droga. Se vende en tiras delgadas y sublinguales.

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La señora Peguero había pasado tiempo dentro de la biblioteca de la cárcel haciendo copias de casos legales. Luego pegó algunas de las páginas para crear bolsas donde las tiras podrían insertarse y se las envió a su primo, según los investigadores.

Ella, a su vez, obtuvo el Suboxone de alguien y lo insertó en los bolsillos, alegan los investigadores.

Leger debía comparecer ante el tribunal el 30 de agosto para una audiencia en uno de sus casos pendientes, de robo. Poco antes de esa audiencia, su novia se reunió con Peguero y obtuvo los papeles, que habían sido cargados con 98 tiras de Suboxone valoradas en $20,000, dijo el viernes la fiscalía en la corte.

Lo que ninguna de las mujeres sabían es que los investigadores del Departamento del Sheriff y la policía de Salem también irían al tribunal por el caso de Leger, el 30 de agosto.

La policía dijo que cuando Leger apareció en un área de espera en el tribunal, le dijo a su novia «sin papeles» y «no los quiero» poco antes de que los agentes se acercaran a ella.

La mujer le dijo a la policía que no había hecho nada malo y que ella es hija de un oficial de policía, luego les entregó una carpeta que contenía su currículum.

Pero los investigadores notaron páginas más gruesas con información legal y jurisprudencia sobre ellos y fueron capaces de detectar las tiras color naranja con las pastillas de Suboxone dentro.

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La fiscal adjunta Lynsey Legier, fue interrumpida durante la audiencia del viernes cuando intentó argumentar que los acusados ​​se estaban beneficiando de la crisis de adicción a los opiáceos.

“Están tratando de ganar dinero con individuos adictos», dijo, antes de que el abogado de Leger se opusiera. El juez Matthew Machera interrumpió a la fiscal antes de que ella pudiera terminar sus palabras.

Peguero, quien estaba en libertad bajo fianza por apuñalar a Juan Guzmán Tapia en 2010, quedó preso con fianza de $25,000 en el caso de conspiración, una cantidad acordada entre el fiscal y su abogado de oficio Ed Sargent.

El abogado de Leger, John Morris, pidió una fianza más baja para su cliente.

«Él no es el cabecilla», dijo Morris, señalando que no es hasta el párrafo 53 del informe de la investigación del sheriff que aparece el nombre de Leger.

Machera fijó la fianza en $10,000, pero también concedió una solicitud a la fiscal para revocar la libertad bajo fianza de Leger en tres casos pendientes, incluidos los crímenes de crueldad animal derivados de su presunto maltrato a un cachorro llamado «Bryson» en Salem y Peabody, cargos de armas de fuego que portaba cuando policías le hallaron una pistola en un vehículo SUV que conducía, y un cargo de robo, del que se declaró culpable poco después de la acusación por las pastillas en la cárcel.

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Los investigadores tardaron 5 años y medios en localizarlo después de su acusación formal en 2011 por el asesinato de Tapia. Creyeron que había huido a la República Dominicana, pero resultó que había reingresado ilegalmente a los Estados Unidos por Puerto Rico, usando el nombre de Rodríguez. Eventualmente se descubrió que estaba preso en una cárcel federal en Georgia el año pasado.

Vigilantes

Funcionarios de la cárcel han restringido a los reclusos en cuanto a la devolución de documentos judiciales a la instalación después de las comparecencias en las cortes y también han impuesto nuevas restricciones al acceso a la ropa que deseen usar durante las audiencias, requiriendo que esos artículos sean llevados a la prisión en lugar de las cortes.

«Tenemos una política de cero tolerancia sobre la posesión o introducción de contrabando en cualquiera de nuestras instalaciones», dijo el sheriff del condado de Essex, Kevin Coppinger, en un comunicado de prensa.

«Contrabandos como este, ponen en peligro la vida no solo de nuestra población de reclusos, sino también de nuestro personal correccional. Nos mantendremos vigilantes en nuestros esfuerzos de cumplimiento y enjuiciaremos agresivamente a cualquiera y todos los delincuentes”.

Una segunda audiencia del caso fue programada para el 29 de enero.

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