Cuatro acueductos impulsan resiliencia hídrica en RD

Cuatro acueductos impulsan resiliencia hídrica en RD

La República Dominicana avanza en la **resiliencia hídrica** con un paso estratégico: la evaluación y preparación de **cuatro acueductos** clave —El Soco, Cayacoa–El Tintero, Quisqueya y Múltiple de Hato Mayor— mediante el Índice de Acueductos Seguros (IAS). Bajo el liderazgo del PNUD y en coordinación con INAPA, Defensa Civil, ONESVIE, CAASD y el Ministerio de la Presidencia, se realizó un levantamiento técnico que permitirá traducir diagnósticos en **acciones concretas** para garantizar un servicio continuo y seguro de agua potable.

Este artículo explica qué se evaluó, por qué importa para San Pedro de Macorís y Hato Mayor, y cómo se transformará esa evidencia en mejoras funcionales, con enfoque en **gestión comunitaria**, **participación de las mujeres** y **adaptación al cambio climático**.

Al finalizar la lectura, el público entenderá qué es el IAS, qué necesidades se priorizan, cuáles son las soluciones de **rápida ejecución** y las **estructurales**, y cómo la **cooperación internacional** —a través del programa IRIS y del **Fondo Acelerador de Resiliencia de Infraestructura de la CDRI (IRAF)**— se alinea con la Agenda 2030 (ODS 6) y el Marco de Sendai para reducir riesgos y asegurar la continuidad operativa de infraestructuras críticas.

Resiliencia hídrica en San Pedro de Macorís y Hato Mayor

La región Este del país enfrenta presiones crecientes por la variabilidad climática, el crecimiento urbano y la demanda de agua para uso doméstico y productivo. En este contexto, **San Pedro de Macorís** y **Hato Mayor** son territorios prioritarios para fortalecer la seguridad del suministro.

Los acueductos El Soco, Cayacoa–El Tintero y Quisqueya, junto con el Múltiple de Hato Mayor, fueron seleccionados bajo criterios combinados de **técnica, gestión y alineación territorial**: jurisdicción de INAPA con acueductos aún no evaluados por el IAS, presencia de **acueductos comunitarios** que requieren reforzar capacidades para su sostenibilidad y proximidad a **centros educativos** vinculados al componente de educación del proyecto.

La **resiliencia hídrica** no es solo cuestión de infraestructura; es, sobre todo, una estrategia integral que articula **operación, mantenimiento, gobernanza y participación comunitaria**. La meta es que los sistemas sigan funcionando durante emergencias —como eventos hidrometeorológicos extremos— y que se **recuperen rápidamente** tras la crisis, minimizando impactos en la salud, la economía local y el bienestar social.

Este primer paso —el levantamiento técnico— permite identificar **brechas críticas**: desde puntos vulnerables en líneas de conducción y estaciones de bombeo, hasta necesidades de **redundancia energética**, protocolos de respuesta y **gestión de activos**. Con esa base, se configura un plan de trabajo realista y medible para elevar la **calidad del servicio** y reducir interrupciones.

Acueductos priorizados en la región Este

Cada sistema tiene condiciones particulares, pero la evaluación conjunta permite diseñar soluciones que **maximizan costos–beneficios** y fortalecen capacidades locales:

  • El Soco (San Pedro de Macorís): Sistema con relevancia para comunidades periurbanas y zonas rurales cercanas. El enfoque está en asegurar la continuidad ante fluctuaciones eléctricas y mejorar la medición para reducir pérdidas.
  • Cayacoa–El Tintero (San Pedro de Macorís): Acueducto con fuerte componente comunitario, donde la **organización social** es clave para la sostenibilidad y el mantenimiento preventivo.
  • Quisqueya (San Pedro de Macorís): Prioridad en seguridad operativa, gestión de presiones y protocolos de emergencia para eventos extremos.
  • Múltiple de Hato Mayor: Sistema con cobertura diversa; el reto es balancear caudales, mejorar la **eficiencia energética** y reforzar redundancias.

La priorización facilita **economías de escala** en compras, contrataciones y capacitación, a la vez que permite **estandarizar procedimientos** y compartir lecciones entre los equipos técnicos y comunitarios.

El rol del Índice de Acueductos Seguros (IAS)

El IAS es una herramienta que mide el nivel de **seguridad y resiliencia** de un acueducto en múltiples dimensiones. Sirve para **diagnosticar riesgos**, priorizar inversiones y establecer metas de mejora con base en evidencias. Entre sus ejes frecuentes se incluyen: condiciones de **fuente y captación**, integridad de **infraestructura**, **operación y mantenimiento**, **continuidad del servicio**, **calidad del agua**, **gestión de riesgos** (incluida sismicidad e inundaciones), **gobernanza y participación social**, y **sostenibilidad financiera**.

Aplicar el IAS a los cuatro sistemas permite una **línea base comparativa** y un mapa de acciones con **responsables, plazos e indicadores**. De esta manera, se transforman evaluaciones técnicas en una **hoja de ruta** que articula inversiones de rápido retorno y proyectos de mayor envergadura.

Para los equipos locales, el IAS también es una **herramienta de aprendizaje**: estandariza criterios, refuerza la cultura de **mantenimiento preventivo** y promueve prácticas de **seguridad ocupacional** y de **gestión de emergencias**.

Participación de instituciones nacionales y locales

La visita de campo fue ejecutada por un equipo multidisciplinario del PNUD junto a INAPA, la Defensa Civil, la Oficina Nacional de Evaluación Sísmica y Vulnerabilidad de Infraestructura y Edificaciones (ONESVIE), la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) y el Ministerio de la Presidencia. Esta colaboración **interinstitucional** asegura que el plan de mejoras considere tanto la integridad técnica como la **gestión del riesgo** y la continuidad gubernamental.

La articulación permite acelerar **permisos, financiamiento y adquisiciones**, y facilita la alineación con políticas nacionales de **infraestructura crítica** y **gestión del agua**. Además, abre la puerta a **alianzas público-comunitarias** para fortalecer la operación en esquemas de **co-gestión**.

En territorio, los equipos técnicos interactuaron con operadores, juntas de agua y liderazgos locales para **validar datos**, contrastar la experiencia cotidiana y priorizar soluciones que respondan a realidades operativas, financieras y sociales.

Fortalecimiento de la seguridad hídrica

El análisis con el IAS no se queda en el diagnóstico. Su propósito es orientar un **plan de mejoras funcionales** que incremente la capacidad de cada sistema para **resistir, responder y recuperarse**. En especial, se busca que la población usuaria disponga de **agua segura y continua**, aún en escenarios de estrés.

La resiliencia se construye combinando **medidas físicas**, mejoras en **operación y mantenimiento (O&M)**, y el fortalecimiento de **gobernanza y capacidades comunitarias**. Así, la inversión genera beneficios sostenibles, reduce pérdidas técnicas y comerciales, y mejora la confiabilidad del servicio.

Este enfoque reconoce que cada dólar invertido en **prevención y preparación** ahorra costos mayores en emergencias y acelerará el restablecimiento del servicio tras eventos severos.

Planes de mejoras funcionales

Con base en el levantamiento, un plan típico de mejoras funcionales puede abarcar:

  • Redundancia energética y equipamiento crítico: incorporación o rehabilitación de generadores, bancos de baterías o sistemas alternativos para evitar paros ante fallas eléctricas.
  • Protección de fuentes y captaciones: control de sedimentos, cercado perimetral, reforestación en zonas de recarga y mitigación de arrastres en crecidas.
  • Optimización hidráulica: sectorización, válvulas reguladoras de presión, sustitución de tramos críticos y mejora de tanques para estabilizar caudales.
  • Gestión de activos y mantenimiento: inventario actualizado, planes de O&M, reposición programada y registros digitales de intervenciones.
  • Calidad del agua y seguridad sanitaria: mejoras en desinfección, vigilancia de cloro residual, monitoreo bacteriológico y protocolos de alerta temprana.
  • Telemetría y control: implementación de sensores y tableros que faciliten decisiones basadas en datos.
  • Reducción de pérdidas: micromedición, detección de fugas, regularización de conexiones y campañas de uso eficiente.

Estas acciones, ordenadas por **impacto** y **factibilidad**, permiten avances inmediatos sin perder de vista soluciones estructurales de mayor inversión.

Resiliencia ante emergencias y cambio climático

Las amenazas climáticas —lluvias intensas, inundaciones repentinas y sequías— exigen sistemas capaces de **operar bajo estrés**. La resiliencia incluye rutas de **operación en contingencia**, reservas de **insumos críticos** (cloro, repuestos, combustible), y protocolos claros de **toma de decisiones** durante la emergencia.

Asimismo, se impulsa la integración con los sistemas de **gestión del riesgo** municipal y provincial, articulando con **Defensa Civil** y **ONESVIE** para incorporar criterios sísmicos y de estabilidad estructural en estaciones de bombeo, casetas de cloración y tanques.

En el mediano plazo, se promueven inversiones que reduzcan la **exposición** (por ejemplo, reubicar equipos vulnerables) y mejoren la **adaptación** (como protección de taludes, drenajes y diversificación de fuentes), asegurando continuidad ante escenarios de **cambio climático**.

Optimización del suministro de agua potable

Para el usuario final, la resiliencia se traduce en **horas continuas de servicio**, presión estable y **calidad del agua** garantizada. La optimización busca también **eficiencia energética**, lo que reduce costos operativos y libera recursos para mantenimiento y reposición.

La reducción de pérdidas —técnicas y comerciales— es una palanca central. Donde exista micromedición insuficiente, se prioriza su expansión; donde las presiones sean irregulares, se ajustan válvulas y se fortalece la sectorización; y donde haya puntos críticos, se programa la sustitución de tuberías para **mitigar roturas**.

El resultado esperado es un **servicio más confiable**, con menor vulnerabilidad a interrupciones y una mejor relación entre caudal producido y caudal facturado.

Liderazgo comunitario y participación femenina

La sostenibilidad de los acueductos comunitarios depende tanto de la ingeniería como de la **organización social**. Por ello, el proyecto incorporó una sesión de **socialización y autorreconocimiento** con la Asociación Comunitaria de Acueducto Rural (ASOCAR) del acueducto Cayacoa–El Tintero. Esta metodología permite identificar habilidades, mapear **roles de liderazgo** y visibilizar a mujeres que ya sostienen tareas clave en la **operación cotidiana**.

El enfoque de género no es accesorio: la **participación de las mujeres** incrementa la eficacia en cobros, seguimiento de incidencias, cuidados de calidad del agua y **educación sanitaria** en la comunidad. Además, promueve decisiones más inclusivas sobre tarifas, reinversión y prioridades de mantenimiento.

Durante el espacio, se abordaron retos como la **sobrecarga de cuidados** y la necesidad de **apoyo mutuo** para compatibilizar responsabilidades familiares con la gestión del acueducto. También se discutieron oportunidades de **emprendimientos colectivos** asociados a la gestión del agua, como la fabricación de insumos básicos, servicios de fontanería o brigadas de detección de fugas.

Asociación Comunitaria de Acueducto Rural (ASOCAR)

ASOCAR funciona como un **nodo de gobernanza local**: organiza turnos, coordina cobros, canaliza reportes y promueve educación sobre el uso responsable del agua. Su fortalecimiento incluye **manuales operativos**, capacitación en **contabilidad básica**, y protocolos de **seguridad ocupacional** para quienes realizan labores de campo.

La colaboración con las entidades públicas y el PNUD impulsa la **formalización** de procesos, la transparencia en el uso de fondos y la **rendición de cuentas**, pilares para sostener inversiones y construir confianza con la comunidad usuaria.

El resultado esperado es un **ciclo virtuoso**: mejor gestión genera mejor servicio; mejor servicio fortalece la disposición de pago; mayores ingresos permiten **reinversión** en mantenimiento y mejoras.

Liderazgo de mujeres en la gestión del agua

El liderazgo femenino aporta **capacidad organizativa**, sensibilidad a las necesidades del hogar y **enfoque en salud pública**. En Cayacoa–El Tintero, las lideresas participantes identificaron barreras —tiempo, movilidad, acceso a formación— y propusieron soluciones tangibles: **cuidado compartido**, grupos de apoyo y **rotación de responsabilidades** para evitar la sobrecarga.

Se impulsó un mapa de **competencias** (técnicas y sociales) para orientar capacitaciones: lectura de medidores, manejo básico de cloración, registros de O&M, control de inventarios y comunicación de riesgo. Estas habilidades elevan la **resiliencia institucional** del acueducto.

La participación activa de mujeres en juntas de agua y comités de gestión tiene efectos positivos en **cumplimiento de normas**, **salubridad** y **sostenibilidad financiera**, al promover decisiones equilibradas entre inversión técnica y necesidades sociales.

Retos y oportunidades en la sostenibilidad hídrica

Los desafíos más frecuentes incluyen **déficit de mantenimiento**, vulnerabilidad eléctrica, pérdidas por **fugas** y morosidad. En contraparte, hay oportunidades claras:

  • Capacitación continua de operadores y liderazgos comunitarios.
  • Digitalización de lecturas, cobros y reportes para mayor eficiencia.
  • Alianzas público-comunitarias que faciliten compras y contratación de servicios.
  • Educación sanitaria y de uso eficiente que reduzca consumo pico y mejore la calidad del agua en el punto de uso.

Abordar estos puntos no solo mejora el servicio; también refuerza la **confianza** entre operadores y usuarios, clave para la sostenibilidad de largo plazo.

De diagnósticos a acciones concretas

La mayor virtud del IAS es su capacidad para **priorizar**. Con evidencia en mano, los equipos pueden distinguir entre **intervenciones de rápida ejecución y alto impacto** y aquellas **estructurales** que requieren más tiempo y financiamiento, pero que resuelven riesgos de fondo.

La metodología propone hitos y resultados **medibles**, de modo que la comunidad y las instituciones sepan qué esperar en cada fase y cómo se evalúa el progreso.

Se promueve además una cultura de **mejora continua**, con revisión periódica de indicadores operativos (continuidad, presión, calidad, pérdidas) y ajustes en los planes según resultados.

Intervenciones de alto impacto

Entre las acciones rápidas más comunes se cuentan:

  • Corrección de fugas visibles en matrices y acometidas críticas.
  • Rehabilitación de cloración y aseguramiento de insumos sanitarios.
  • Sectorización táctica para estabilizar presiones y mejorar distribución.
  • Kit de contingencia con repuestos, herramientas y EPP para emergencias.
  • Protocolos de comunicación con usuarios durante eventos de interrupción.

Estas medidas generan **confianza inmediata** y reducen incidencias que afectan la percepción del servicio, a la vez que preparan el terreno para inversiones mayores.

Coordinación interinstitucional

La coordinación entre **PNUD, INAPA, Defensa Civil, ONESVIE, CAASD** y el **Ministerio de la Presidencia** acelera procesos clave: permisos para obras menores, adquisiciones centralizadas de equipos, y **asistencia técnica** para diseños y normativas. También facilita la gestión con gobiernos locales, indispensables para **ordenanzas**, disposición de materiales y **seguridad en obras**.

Un comité técnico-operativo con representación de estas entidades y de las juntas de agua permite **seguimiento cercano**, resolución ágil de cuellos de botella y ajuste de prioridades según evidencia.

La coordinación es, además, un mecanismo de **transferencia de conocimiento**, asegurando que las buenas prácticas queden institucionalizadas más allá del proyecto.

Fortalecimiento de capacidades locales

El proyecto apuesta por **formación práctica**: sesiones en campo, guías paso a paso, y acompañamiento en la implementación de tareas de O&M. Se incluyen temas de **seguridad ocupacional**, gestión de almacenes, control de inventarios y **registro digital** de incidencias.

Asimismo, se promueven instrumentos de **transparencia y rendición de cuentas**, como tableros comunitarios con indicadores de continuidad, calidad y uso de recursos. Esto mejora la **relación usuario–operador** y refuerza la cultura de pago al visualizar resultados.

Finalmente, se incentiva la creación de **brigadas comunitarias** para detección de fugas, limpieza de áreas de captación y campañas de uso eficiente, integrando **jóvenes y mujeres** como agentes de cambio.

Financiamiento y cooperación internacional

Cuatro acueductos impulsan resiliencia hídrica en RD

El levantamiento se desarrolló en el marco del programa Infraestructura para Estados Insulares Resilientes (IRIS), con alineación a compromisos nacionales de desarrollo y marcos internacionales como la Agenda 2030 (ODS 6: Agua limpia y saneamiento) y el Marco de Sendai para la reducción del riesgo de desastres. El proyecto agradece el apoyo de los Gobiernos de la India, Australia y el Reino Unido, así como de la Unión Europea, a través del Fondo Acelerador de Resiliencia de Infraestructura de la Coalición para Infraestructuras Resilientes ante Desastres (CDRI IRAF).

Este esquema de cooperación internacional permite **apalancar recursos**, compartir **buenas prácticas** y acelerar la adopción de soluciones probadas en otros contextos insulares, con atención a las particularidades del territorio dominicano.

La combinación de financiamiento, asistencia técnica y **articulación institucional** es el catalizador que convierte diagnósticos en **obras, equipos y capacidades** instaladas.

Apoyo del programa IRIS

IRIS promueve inversiones y soluciones para que las infraestructuras críticas de los **Estados insulares** resistan mejor los impactos del clima y de eventos extremos. En el caso dominicano, se enfoca en **agua potable**, por su centralidad para la salud pública y la resiliencia de los medios de vida.

El programa incentiva proyectos con **alto retorno social**, priorizando intervenciones que mejoren continuidad del servicio y reduzcan la vulnerabilidad de comunidades rurales y periurbanas.

Su enfoque flexible permite integrar **innovaciones** —como telemetría, georreferenciación y modelos de riesgo— con el conocimiento local de operadores y juntas de agua.

Alianza con la Agenda 2030 y el Marco de Sendai

Las acciones propuestas contribuyen directamente al ODS 6 y, de forma transversal, a metas de **salud**, **educación** y **reducción de desigualdades**. Además, incorporan los principios del **Marco de Sendai**, priorizando la **comprensión del riesgo**, el **fortalecimiento de la gobernanza**, la **inversión en reducción del riesgo** y la **preparación para la respuesta**.

Esta alineación asegura coherencia entre políticas públicas, cooperación y necesidades reales de las comunidades, evitando esfuerzos dispersos y reforzando la **efectividad** de cada inversión.

El resultado es una **ruta clara** para sostener avances más allá del ciclo del proyecto, con instituciones locales empoderadas y comunidades mejor preparadas.

Contribuciones de países y organismos internacionales

El respaldo de India, Australia, Reino Unido y la Unión Europea —canalizado mediante el CDRI IRAF— no solo aporta recursos; también ofrece un **ecosistema de cooperación** para intercambiar experiencias sobre normas de diseño resiliente, seguridad sísmica, gestión de inundaciones y **mantenimiento basado en riesgos**.

Para la República Dominicana, esta red de aliados fortalece la capacidad de **planificación plurianual**, la obtención de **economías de escala** y la adopción de estándares que elevan la **calidad y seguridad** de los sistemas.

La cooperación internacional, combinada con la **participación comunitaria**, multiplica el impacto de cada acción y acelera el logro de resultados tangibles para la población usuaria.

Resiliencia hídrica en RD

Los levantamientos en El Soco, Cayacoa–El Tintero, Quisqueya y Múltiple de Hato Mayor marcan un **primer paso decisivo** hacia la **resiliencia hídrica** en la región Este. Con el IAS como brújula, las instituciones y comunidades cuentan ahora con una **hoja de ruta** que ordena prioridades, asigna responsabilidades y mide avances.

Los beneficios esperados —**continuidad del servicio**, **calidad del agua**, **reducción de pérdidas** y **capacidad de respuesta**— se traducen en salud, productividad y bienestar para miles de familias. El componente social, con **liderazgo comunitario** y **participación de las mujeres**, asegura que las soluciones sean **inclusivas y sostenibles**.

Llamado a la acción: mantener el impulso con decisiones rápidas en las **intervenciones de alto impacto**, asegurar el financiamiento para las **soluciones estructurales** y consolidar la **coordinación interinstitucional**. Con compromiso y seguimiento, este primer paso se convertirá en **servicios resilientes** que protejan a las comunidades frente a las amenazas climáticas y sísmicas.

Preguntas frecuentes

¿Qué es el Índice de Acueductos Seguros (IAS)?

Es una herramienta de evaluación que mide la **seguridad y resiliencia** de los acueductos en dimensiones técnicas, operativas y sociales. Permite identificar **riesgos**, priorizar inversiones y establecer un **plan de mejoras** con indicadores verificables.

¿Cómo beneficia el proyecto a San Pedro de Macorís y Hato Mayor?

Con diagnósticos precisos y acciones priorizadas, se espera **mayor continuidad**, **mejor calidad del agua**, reducción de **pérdidas** y **mejor respuesta ante emergencias**. También se fortalecen capacidades locales para sostener el servicio a largo plazo.

¿Cuál es el rol de las mujeres en la gestión comunitaria del agua?

Las mujeres aportan liderazgo en **organización, cobros, educación sanitaria** y vigilancia de la **calidad del agua**. Integrarlas en la toma de decisiones mejora la **eficiencia operativa** y la **sostenibilidad** de los acueductos.

¿Qué instituciones apoyan la resiliencia hídrica en República Dominicana?

El proceso es liderado por el PNUD y acompañado por INAPA, Defensa Civil, ONESVIE, CAASD y el Ministerio de la Presidencia, con financiamiento y cooperación a través de IRIS y el CDRI IRAF, alineados con la Agenda 2030 (ODS 6) y el Marco de Sendai.

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