Conviviendo con la estrechez irracional
Manuel V贸lquez
Asombra la actitud de nuestra gente al expresar rechazos a los cambios estructurales y sociales promovidos desde los escenarios gubernamentales. Se oponen sin reflexionar, solo por orientaciones pol铆ticas.
Lo com煤n es oponerse a todo aunque genere beneficios para la poblaci贸n. Los principales gestores de ese comportamiento son los l铆deres pol铆ticos opositores que siempre piensan en los asuntos personales y lo hacen con un prop贸sito pre electoral. Eso se entiende porque por traici贸n su papel, que raya en la necedad, es confundir a los electores y ponerlos en contra del oficialismo.
La cultura de oponerse a todo se refiere a una actitud generalizada de rechazo o desaprobaci贸n hacia cualquier propuesta, a menudo sin una justificaci贸n clara o considerando sus posibles beneficios. Es una forma de resistencia pasiva o activa que puede manifestarse en diferentes 谩mbitos, desde el personal hasta el social y pol铆tico.
Tambi茅n se define como un comportamiento primitivo y enfermiso que todav铆a no superamos debido a los altos niveles de ignorancia. Por eso los pol铆ticos nos manipulan y sacan provecho, utilizando la efectiva herramieta de la Posverdad.
Se infiere que todos los seres humanos somos reacios a cambios. Pero, 驴por qu茅 nos desagradan algunos cambios? Es la interrogante que circula en la mente de los soci贸logos, psic贸logos y otros profesionales de la conducta.
Ese tema lo analic茅 en un art铆culo publicado en el 2024 en el que se帽alaba que a lo largo de mis siete d茅cadas de existencia he observado la postura en nuestra gente de oponerse a todas las iniciativas que emanen del Estado dominicano.
Es una antigua conducta no coincidir con el modo de gobernar del partido que est茅 administrando la cosa p煤blica.
La posici贸n es no consensuar con el enemigo pol铆tico; ya que se considera una tradici贸n. Independientemente del derecho a disentir, no est谩 bien rechazar la implementaci贸n de obras que benefician al pueblo, sin importar qui茅n est茅 gobernando.
Se trata de desmeritar al enemigo gobernante, torpede谩ndole los programas sociales, y as铆 buscar el repudio de la poblaci贸n. Cada paso lo encaminan con estrategias muy premeditadas. Para eso cuentan con un ej茅rcito de aliados disociadores que responden a sus intereses pol铆ticos, como los gremios de profesionales, comunicadores interativos, sindicatos, entidades de derechos humanos y las denominadas organizaciones de luchas populares.
La idea es crear las condicionantes para sembrar discordia e intranquilidad en un segmento de la poblaci贸n que cree todo lo que se dice en esos medios, en especial en las redes sociales, un fat铆dico universo virtual que ha sido invadido por analfabetas funcionales, que hacen mucho da帽o.
El ejemplo m谩s reciente fue cuando el Poder Ejecutivo promovi贸 la reforma fiscal e incluso convoc贸 a todos los sectores para analizar los elementos contenidos en el proyecto. Nadie se acerc贸 al gobierno para exponer sus posiciones.
Como era de esperarse, el proyecto fue atacado sin misericordia en todos los frentes pol铆ticos opositores y otros estamentos de la sociedad, lo que llev贸 a retirarlo del escenario legislativo.
Ahora el ataque es contra el ensayo del Intrant de impedir doblar a la izquierda en algunas intersecciones del Gran Santo Domingo, una iniciativa fundamentada en estudios internacionales que han fucionado en varios pa铆ses modernos. 驴Por qu茅 no puede funcionar en la Rep煤blica Dominicana?
Es que se impone la estrategia de no dejar hacer nada porque no le conviene al liderazgo de la oposici贸n, una estructura que siempre aboga por el fracaso de su contrario.
Varias infraestructuras que eran necesarias para el pa铆s fueron objetadas en los reg铆menes pasados. Dec铆an lo mismo (alegando que era una forma de derrochar dinero del fisco) cuando se anunci贸 la ampliaci贸n de la avenida 27 de febrero hasta la Isabel Aguiar, la construcci贸n de los elevados sobre esa v铆a y en la avenida John F. Kennedy, la edificaci贸n de los t煤neles, paso peatonal, las l铆neas del Metro de Santo Domingo y recientemente con los telef茅ricos.
Igual sucedi贸 con la construcci贸n del Parque del Este, en el municipio Santo Domingo Este, a prop贸sito de la celebraci贸n de los Juegos Panamericanos Santo Domingo 2003. Ese complejo, que se considera un pulm贸n de la ciudad, hoy es frecuentado por atletas, ciudadanos haciendo ejercicios, el compartir entre familiares y alberga a varias federaciones deportivas.
Creo que es un asunto de estrechez mental e irracional de una parte de la poblaci贸n, que no sabe ver m谩s all谩 de la pared que tiene al frente.
Los que se resisten a todo, son los primeros en beneficiarse de esas infraestructuras, luego de terminadas. Los elevados y autov铆as son los mejores ejemplos.
Por suerte, respetando los principios del sistema democr谩tico que consagran la libre expresi贸n del pensamiento y las libertades p煤blicas, los gobernantes sabios, que conocen bien la idiosincrasia del pueblo y toleran las cr铆ticas, finalmente, terminan imponiendo las obras agendadas.
