Consecuencias de la desigualdad de oportunidades

Por: Ram贸n Antonio Veras.

I.- Lo que pinta la realidad dominicana

1.- La sociedad dominicana es la fiel expresi贸n de una comunidad humana condicionada para tranquilamente aceptar las peores situaciones como consecuencia de la desigualdad de oportunidades.

2.- Lo que estamos viendo en el orden econ贸mico y social, es que al pueblo dominicano se le ha hecho creer, y lo ha tomado como una verdad, que su estado de opresi贸n es algo natural, fruto de la divinidad.

3.- Pobreza, desempleo, insalubridad, violencia, criminalidad, falta de techo, corrupci贸n, etc., son problemas que, al parecer, se solucionan con lamentos y nombrando comisiones oficiales.

4.- La tranquilidad no se la han transmitido a los dominicanos marginados sociales, con la utilizaci贸n de los f谩rmacos que se utilizan para tranquilizar, sino mediante el proceso de mantenerlo atrasado, llev谩ndolo a la docilidad.

5.- El hecho de no suceder en el pa铆s choques sociales, supone que el medio dominicano es libre de discordia entre el que lo tiene todo, y la gran mayor铆a de la poblaci贸n que carece de lo indispensable para vivir.

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6.- Pero ocurre que no es as铆, por la caterva de desamparados que en condici贸n de m茅ndigos se multiplican a la vista de todas y de todos. Y cada d铆a la pobreter铆a se hace m谩s notoria.

7.- Lo peor de todo es que la amplia cantidad de necesitados, que viven en inopia, no motiva a apiadarse a la minor铆a nacional, ni lleva dinamismo a los sectores m谩s conscientes del conglomerado social.

8.- No es asunto de procurar despertar sentimientos exagerados de pena hacia los desvalidos connacionales nuestros, sino la realidad de un drama y la inactividad frente a un problema humano.

II.- Actuar por convicciones, no por pena

9.- A la brega pol铆tica y social no se va por romanticismo o pena, sino por firmes convicciones, por el convencimiento que tenemos y la seguridad de que accionamos por lo justo.

10.- La vigencia de tantos y tantos necesitados, la activaci贸n de fen贸menos como la violencia y delincuencia, actos de corrupci贸n p煤blicos y privados, y la muerte de 72 ni帽os en 3 meses, no es paja de coco, ni para como seres humanos quedarnos serenos, sin emoci贸n o perturbaci贸n de ninguna clase.

11.- La mayor铆a pensante de las mujeres y los hombres dominicanos est谩n en el deber de revisarse desde el punto de vista de su debilidad hacia la pr谩ctica de la solidaridad.

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12.- No es cuesti贸n de demostrar sensibler铆a, sino accionar ante una situaci贸n concreta, el drama social que expresa la sociedad dominicana, con la espantosa vida material y espiritual de la mayor铆a de los nuestros.

13.- Examinar cuidadosamente el proceder de los que hoy hacen actividad en el seno de los partidos del sistema, permite comprobar que, dependiendo de ellos, el cambio del estado de pobreza aqu铆 est谩 muy lejos de desaparecer.

14.- Las actividades que realizan los politiqueros del orden social actual dominicano est谩n dirigidas para que los pobres acepten resignados su calamidad social, y sin demostraci贸n de indignaci贸n alguna.

15.- Cualquier negociante de las operaciones pol铆ticas, toma de zopencos a una gran mayor铆a de las ciudadanas y los ciudadanos dominicanos. El muy listo se aprovecha de los pol铆ticamente atrasados.

16.- Los pobres del pa铆s est谩n en una situaci贸n muy dif铆cil para liberarse de las cadenas de la opresi贸n, porque para vencer la encrucijada no cuentan ahora a su lado con las suficientes fuerzas motrices que sean sus aliadas.

17.- Los que se dedican a la politiquer铆a, en lugar de hacer de poleas de transmisi贸n de cambios sociales, constituyen trabas, verdaderos impedimentos para la modificaci贸n del fatal orden vigente en el pa铆s.

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III.- Para eliminar la sumisi贸n y alcanzar la liberaci贸n

18.- La eliminaci贸n de la desventura que ha acompa帽ado al pueblo humilde y trabajador, depende de sus propias energ铆as, de su capacidad de decisi贸n para quitarse de encima la opresi贸n presente hoy, como en el pasado, y generada por la misma causa.

19.- Para zafarse del yunque que la minor铆a nacional le tiene colocado a los que aqu铆 no comen, o comen a veces, se imponen movimientos de masas, rompiendo as铆 la pasividad que lleva a la entrega.

20.- La sumisi贸n gu铆a a los oprimidos sist茅micos a mantenerse al margen del progreso, de la felicidad y privados de una existencia digna.

21.- En nuestro pa铆s, la fuerza de los trabajadores del campo y la ciudad, en procura de construir su democracia, descansa en ponerse en actividad; activarse en procura de alcanzar la materializaci贸n de sus objetivos, que son tambi茅n los de todas y todos.

22.- La mayor y mejor conquista de lo que en verdad se llama pueblo dominicano, ser铆a liberar su pensamiento de estar confiando en politiqueros, y poner su destino de felicidad en su propio esfuerzo y en los que han sido sus ancestrales y consecuentes aliados.

Santiago de los Caballeros,

24 de mayo de 2023.

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