Con su cara de Hello Kitty

Hello Kitty
Hello Kitty

Mario A. Fernández

A pesar de todas las recomendaciones y en violación a todo razonamiento lógico el presidente Danilo Medina embarcó al país en la construcción de las corruptas, venenosas y sobrevaluadas plantas a carbón de Punta Catalina.

En una inversión sin precedentes contrató personalmente los servicios de ODEBRECHT para la construcción de las plantas, a pesar de que esa empresa no tiene dentro de sus fortalezas la fabricación de este tipo de obras, “logró” que se la dejaran por la suma de US$1,925 Millones.

Los argumentos esgrimidos por el presidente y sus funcionarios para embarcar al país en semejante torpeza eran que esas plantas servirían para producir una energía más barata, con una “tecnología de punta” que harían contra peso a los generadores y sus precios abusivos.

El escándalo que afectó a ODEBRECTH a nivel internacional se llevó de paro el financiamiento de la obra, también coincidió con la baja en los precios del petróleo en los mercados mundiales, obligando al país a la emisión de bonos soberanos, contraer préstamos en el Banco de Reservas y a destinar todo el ahorro de los precios de los combustibles tanto en la tarifa eléctrica que pagó estoicamente la ciudadanía durante más 6 años, entre otras cargas.

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Las plantas a carbón de Punta Catalina fueron construidas en terrenos privados e hipotecados bajo la modalidad de un tipo de arrendamiento a largo plazo denominado enfiteusis, la construcción le ha costado a los dominicanos más de US$3 mil millones de dólares. Nunca el Estado dominicano había realizado una inversión de esa dimensión en una sola obra y nunca había destinado el 1% de esos recursos a la construcción de obras en terrenos privados que no fueran declarados –previamente- de utilidad pública.

Ayer, el presidente Medina, en la inauguración de un gaseoducto de empresarios del sector energético nuevamente justificó la construcción de las venenosas y sobrevaluadas plantas a carbón, una y otra vez dijo “yo”, “yo”, “yo” como si todo el dinero gastado en Punta Catalina hubiera salido de sus bolsillos, no de las costillas de los dominicanos y, desdiciendo todo lo dicho por él mismo para meternos en este lío.

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También celebra que lo que nos ha costado más de US$3 mil millones de dólares lo vamos a entregar al sector privado por el 10% de lo que nos ha costado, para que nos venda la energía al precio de siempre y con una concesión a 30 años.

Los dichosos que tendrán en sus manos a Punta Catalina, gracias a la generosidad de Danilo Medina con su cara de Hello Kitty -como si los cuartos salieran de sus ahorros-, no tuvieron que cargar durante años con los abusivos precios de los combustibles ni de la electricidad, no serán ellos los que van a pagar las deudas contraídas para su construcción, ni con la empalagosa publicidad que bajo asedio trató de convencernos de sus bondades al librarnos de los abusos de los generadores, ahora se la vamos a poner mucho más fácil, les vamos a donar más de US$2,700 millones de dólares y no nos vamos a ahorrar nada.

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Felicitamos a los agraciados, adiós Hello Kitty y, váyase en paz.