La ONU considera terminar misi贸n de paz en Hait铆

La ONU considera terminar misi贸n de paz en Hait铆
Naciones Unidas estudia enviar a casa a los 2.358 soldados de 19 pa铆ses que integran la misi贸n de paz en Hait铆, quiz谩s en cuesti贸n de meses

WASHINGTON(VOA)El jefe de la misi贸n de paz de la ONU, Herve Ladsous, dijo durante una visita reciente a Hait铆 que el componente militar “es probable que desaparezca en un futuro relativamente cercano”. Los funcionarios no se han pronunciado sin embargo sobre los cerca de 2.200 polic铆as extranjeros que lo acompa帽an.

Un diplom谩tico, que habl贸 bajo condici贸n de anonimato por el car谩cter privado de las conversaciones, dijo a la AP que la nueva embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Nikki Haley, se pronunci贸 a favor del fin de la operaci贸n de paz en Hait铆, conocida por su acr贸nimo en franc茅s MINUSTAH.

“La MINUSTAH en Hait铆 es un muy buen ejemplo de una misi贸n que b谩sicamente ha hecho su trabajo. As铆 que estaremos muy contentos de su cierre”, manifest贸 el representante brit谩nico en la ONU, Matthew Rycroft, en una conferencia de prensa en la sede del ente en Nueva York.

Se espera que el Consejo de Seguridad de la ONU decida sobre la reconfiguraci贸n de la misi贸n, que tiene un costo anual de $346 millones de d贸lares, a mediados de abril tras revisar las recomendaciones de Ladsous.

Sin embargo, la salida de las tropas del pa铆s no significa el final de la Misi贸n de Estabilizaci贸n de Naciones Unidas en Hait铆.

Las operaciones de agencias como UNICEF y el Programa Mundial de Alimentos seguir谩n en marcha. Seg煤n analistas, los funcionarios estar铆an considerando mantener el personal civil y la fuerza policial de la ONU para continuar construyendo y formando a la polic铆a nacional.

“Esto no tendr铆a precedentes en la historia de las misiones de paz de la ONU. Normalmente, la polic铆a solo sirve en misiones de mantenimiento de la paz con apoyo y respaldo militar. Pero es una opci贸n creativa para reducir el tama帽o y coste de la misi贸n mientras la MINUSTAH se prepara gradualmente para una retirada completa”, se帽al贸 Aditi Gorur, que investiga aspectos relacionados con los cascos azules como director del centro de estudios Stimson Center de Washington.

La primera misi贸n de “estabilizaci贸n” de la ONU lleg贸 a Hait铆 en 2004 tras una revuelta que derroc贸 al presidente Jean-Bertrand Aristide y que puso al pa铆s, aquejado por problemas cr贸nicos, al borde del colapso. Se produjeron enfrentamientos letales entre pandillas leales al bando de Aristide, rebeldes y exsoldados, y la polic铆a. A esto le sigui贸 una serie de asesinatos y secuestros, que buscaban desestabilizar el gobierno interino respaldado por Estados Unidos.

Durante a帽os, las tropas uniformadas de Naciones Unidas fueron las 煤nicas que proporcionaron seguridad real en el pa铆s.

Pero a d铆a de hoy, la polic铆a haitiana hace la mayor parte del trabajo y el estado de 谩nimo del pa铆s ha cambiado. Los cascos azules tardaron tres a帽os en hacerse con el control del vasto distrito de Cit茅 Soleil, que ahora es un sitio tranquilo a pesar de que sus residentes viven en una situaci贸n de pobreza extrema.

Reporteros de AP se unieron recientemente a soldados de la misi贸n de paz y a cuatro polic铆as nacionales en una patrulla a pie sin incidentes y en un puesto de control en un vecindario de Cit茅 Soleil que antes estaba controlando por bandas.

“隆El trabajo estuvo bien hecho!”, dijo el capit谩n brasile帽o Leandro Vieira Barboza a los agentes haitianos durante una charla tras la acci贸n conjunta. “Estoy seguro de que despu茅s de que la misi贸n finalice, su buen trabajo continuar谩”.

En medio de una relativa estabilidad, legisladores haitianos debaten si es hora de que el pa铆s asuma por fin su propia seguridad.

“El gobierno necesita negociar la salida de la MINUSTAH lo antes posible”, se帽al贸 el senador Patrice Dumont, que presenta el departamento del Oeste, donde reside alrededor del 40% del electorado del pa铆s.

Pero el presidente, Jovenel Moise, y l铆deres legislativos sostienen que la importante mejora de la fuerza policial no es suficiente. Quieren un ej茅rcito real para sustituir al que fue abolido en 1995 tras una largo historial de golpes de Estado y abusos de derechos humanos. La reconstituida fuerza militar crear铆a puestos de trabajo, proteger铆a las fronteras y ayudar铆a en desastres naturales, apuntan.

Pero con las arcas del pa铆s tan vac铆as que muchos funcionarios no reciben sus salarios, crear un nuevo ej茅rcito requerir铆a un continuado apoyo internacional, dijo Jake Johnston, investigador en el Center for Economic and Policy Research en Washington.

Pero Kenneth Merten, coordinador especial del Departamento de Estado de Estados Unidos para Hait铆, se帽al贸 que “ser铆a dif铆cil imaginar apoyo financiero estadounidense para recrear el ej茅rcito haitiano”.

“驴De d贸nde van a sacar el dinero para pagarles? 驴C贸mo cree que van a actuar los hambrientos soldados haitianos?”, apunt贸 Jonas Nicolas, un panadero con edad suficiente para recordar los escuadrones de la muerte de patrocinio militar. “No, a m铆 me gustan los chicos de la ONU con nuestra polic铆a”.

Algunos de sus compatriotas, sin embargo, consideran que los cascos azules son una fuerza de ocupaci贸n. “No me gusta ver a extranjeros con armas por mi pa铆s”, declar贸 Jean Acao, que vende refrigerios en un puesto callejero.

La estancia de la misi贸n de paz en el pa铆s no ha estado exenta de problemas. Recibieron elogios por aumentar la seguridad, allanar el camino para la celebraci贸n de elecciones y proporcionar un apoyo clave tras desastres, especialmente luego de un devastador terremoto en 2010. Pero algunos de sus miembros fueron acusados de un uso excesivo de la fuerza, violaci贸n y de abandonar a los beb茅s que engendraron.

Sin duda se les recordar谩 por haber generado, sin darse cuenta, el brote de c贸lera m谩s letal de la historia reciente por el mal saneamiento de una base utilizada por fuerzas nepal铆es.

Algunos haitianos est谩n molestos porque la larga estancia de los casos azules no ha cubierto sus expectativas a pesar del hecho de que levantar nuevas instituciones y estabilizar pa铆ses delicados como el suyo puede tomar mucho tiempo.

“驴Hait铆 no deber铆a ser mejor tras todos estos a帽os de la MINUSTAH y apoyo internacional?”, se pregunt贸 Stevenson Belizaire mientras caminaba por un canal atascado con basuras.

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