Abinader suple déficit comunicacional de sus funcionarios, afirma Persio Maldonado

Maldonado considera que Abinader contaba con la legitimidad y el capital político para impulsar una reforma tributaria

Santo Domingo.-El director del periódico El Nuevo Diario y presidente de la Sociedad Dominicana de Diarios, Persio Maldonado, aseguró que el presidente Luis Abinader está compensando la falta de comunicación efectiva de algunos de sus funcionarios, al responder personalmente, cada lunes, asuntos que las autoridades competentes deberían aclarar de manera oportuna.

Según el veterano periodista, este “déficit comunicacional” del gobierno no se ha traducido en una crisis mayor debido a la intervención directa del mandatario, quien asume un rol que debería recaer en su gabinete y en las instancias oficiales de comunicación.


Maldonado explicó al periodista Héctor Herrera Cabral, que, idealmente, cada funcionario y ministerio tendría que cumplir con su tarea de informar, aclarar y explicar las políticas públicas a la población. Sin embargo, en la práctica, esta función ha recaído con frecuencia en el presidente, quien utiliza la “Semanal” —una rueda de prensa cada lunes en el Palacio Nacional— para responder preguntas y aclarar situaciones que podrían ser atendidas por sus subalternos.

El periodista considera que, si se contara con una estrategia más robusta de comunicación gubernamental, el gobierno podría situarse en una posición aún más sólida ante la opinión pública.

Segundo mandato


El análisis del comunicador se produjo en un momento en que el país evalúa la dinámica del segundo mandato de Abinader. Según Maldonado, el éxito electoral que condujo a la reelección habría generado cierta autoconfianza en el gobierno, una que podría llevar a la equivocada percepción de que no se requiere el apoyo o asesoría de otros actores para comunicar de manera efectiva.

Este “exceso de confianza”, según el analista, podría explicar la falta de cobertura comunicacional por parte de algunos funcionarios, quienes asumen que la alta popularidad del presidente les permite bajar la guardia en su rol informativo.

El intento de reforma fiscal


El periodista identificó uno de los momentos más problemáticos de este segundo mandato: el intento inicial de introducir una reforma fiscal. La forma apresurada en que se presentó la propuesta, sin la preparación comunicativa adecuada ni el consenso suficiente, habría generado un desgaste innecesario para el gobierno.

Maldonado considera que Abinader contaba con la legitimidad y el capital político para impulsar una reforma tributaria, dada su victoria electoral, pero el fallo en la estrategia de comunicación y su posterior retiro creó una percepción de desconcierto y desaprovechó la oportunidad de encauzar las finanzas del Estado.

Importancia de una comunicación estratégica


Maldonado sostiene que contar con una comunicación estratégica sólida es clave no solo para evitar el tipo de tropiezo experimentado con la tentativa de reforma fiscal, sino para mantener informada a la ciudadanía sobre las políticas públicas, planes y proyectos estatales.

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Cuando los funcionarios delegan esta tarea al presidente, se corre el riesgo de saturar la figura del mandatario y, además, de generar una imagen de que el resto del gabinete no tiene el control de los asuntos que le competen.

Una comunicación más clara, coordinada y constante fortalecería la imagen del gobierno y brindaría mayor transparencia a las acciones oficiales.

Contexto político y económico


El segundo mandato de Luis Abinader se desarrolla en un entorno global y nacional marcado por retos económicos, financieros y sociales. La República Dominicana, pese a su crecimiento económico, arrastra problemas estructurales, como un presupuesto deficitario que gasta más de lo que ingresa.

Esta situación hace que una reforma fiscal resulte ineludible en algún momento. Sin embargo, presentar una medida tan sensible sin la adecuada preparación comunicativa y pedagógica ante la población aumenta la posibilidad de rechazo social y desgaste político.

El déficit presupuestario y su comunicación


El periodista recordó que la necesidad de una reforma fiscal no es un capricho, sino la consecuencia de un problema arraigado: el país gasta sistemáticamente por encima de sus ingresos.

Esto se traduce, en palabras llanas, en que el Estado se endeuda o se ve obligado a recortar programas para cuadrar las cuentas. Comunicar esta realidad de manera diáfana, explicando los beneficios a largo plazo de una reforma y la necesidad de enderezar las finanzas, podría haber generado mayor comprensión entre la ciudadanía.

En cambio, la falta de contexto y los vacíos informativos propiciaron rechazo e incertidumbre.

Lecciones del fracaso de la reforma fiscal


La fallida intentona de reforma fiscal dejó enseñanzas valiosas sobre la importancia de la comunicación política. En lugar de presentarla como una imposición técnica, el gobierno pudo haber iniciado un diálogo nacional que involucrara a sectores empresariales, sindicatos, organizaciones sociales y opinión pública, argumentando la urgencia y las bondades a mediano plazo.

Al no hacerlo, se generó la percepción de que el Ejecutivo quiso “aprovechar” su reelección para imponer cambios costosos y poco entendidos. Con una adecuada estrategia comunicativa, se habría mitigado el impacto negativo y se habrían creado condiciones más propicias para el debate.

El rol de las ruedas de prensa semanales


La “Semanal” del presidente Abinader —conferencias de prensa realizadas cada lunes— se ha convertido en la principal herramienta con la que el mandatario suple las carencias comunicacionales de su equipo.

Aunque este ejercicio de transparencia es valorado positivamente, el hecho de que el presidente deba responder preguntas que competen a otros funcionarios indica un fallo organizativo.

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Un ministro de Economía, de Hacienda o de Administración Pública debidamente preparado podría abordar con datos, cifras y explicaciones detalladas aquellas interrogantes que surgen, liberando al presidente de tener que ser el vocero de todos los temas.

Percepción ciudadana y confianza


La comunicación gubernamental no solo sirve para explicar políticas, sino para construir y mantener la confianza pública. Cuando las personas sienten que el gobierno les explica de forma clara las medidas que toma, por qué las toma y cómo les afecta, es más probable que acepten ajustes, reformas y sacrificios temporales.

En contraste, cuando la comunicación es reactiva, escasa o confusa, se abre el espacio a la especulación, la desinformación y el descontento.

De ahí la importancia de contar con una estrategia bien definida, donde las instancias del Estado jueguen su rol y no todo recaiga en el presidente.

El impacto del déficit comunicacional en la gobernabilidad


El déficit comunicacional es más que un mero problema estético; afecta la gobernabilidad. Si la ciudadanía no entiende las razones detrás de ciertas políticas económicas, no comprende las prioridades del gobierno o no ve esfuerzos por aclarar controversias, se genera un clima de incertidumbre que puede debilitar el liderazgo del Ejecutivo.

Aunque Luis Abinader ha sido capaz de enfrentar este reto gracias a su carisma y presencia mediática, la dependencia excesiva en su figura crea riesgos a futuro, ya que cualquier desgaste en su imagen se reflejaría directamente en la percepción global de la administración.

Comparación con gobiernos anteriores


Maldonado no hizo comparaciones directas con gestiones previas, pero su análisis deja entrever que lo deseable es una continuidad institucional y comunicacional en el tiempo.

En gobiernos anteriores, algunos ministerios contaban con portavoces y estrategias específicas, incluyendo campañas informativas y vocerías técnicas que daban la cara ante la opinión pública. Recuperar estas prácticas, adaptándolas a las nuevas tecnologías y al panorama informativo actual, contribuiría a mitigar el déficit señalado.

La comunicación en la era digital


En la era de la información digital, las dinámicas comunicacionales han cambiado radicalmente. La ciudadanía no solo recibe mensajes por medios tradicionales, sino que interactúa con el gobierno a través de redes sociales, plataformas digitales y medios alternativos.

Esta realidad obliga a contar con equipos especializados en comunicar mensajes complejos de forma sencilla, aprovechando canales multimedia y respondiendo rápidamente a la opinión pública. Un déficit comunicacional en un entorno tan dinámico no pasa desapercibido; al contrario, se amplifica y genera más interrogantes.

La necesidad de un Gabinete Comunicacional fuerte


Para evitar que la figura presidencial se convierta en la única voz del gobierno, resultaría beneficioso que cada ministerio cuente con un equipo de comunicación capacitado en relaciones públicas, medios digitales y estrategia narrativa.

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Estos equipos podrían planificar conferencias de prensa, difundir notas de prensa informativas, crear infografías explicativas de las políticas públicas y sostener diálogos con periodistas y líderes de opinión. Así, el presidente podría enfocarse en las grandes líneas de acción y no en la aclaración permanente de asuntos sectoriales.

Estrategias a futuro


El gobierno de Luis Abinader tiene la oportunidad de revisar su enfoque comunicacional y reforzar sus capacidades.

Podría, por ejemplo, capacitar a sus funcionarios en habilidades mediáticas, crear un calendario informativo con antelación, responder dudas frecuentes del público a través de sesiones informativas temáticas y establecer mesas técnicas con la prensa para tratar asuntos complejos, como la reforma fiscal o la política energética.

De esta forma, la ciudadanía se sentiría atendida y comprendería mejor las decisiones gubernamentales.

Ventajas de una mejor comunicación


Una comunicación gubernamental efectiva no solo beneficia a la administración, sino también a los ciudadanos.

Al recibir información clara, estos pueden planificar sus finanzas, entender las reformas propuestas y adaptarse a los cambios con menos estrés e incertidumbre.

Además, la transparencia reduce el espacio para rumores, noticias falsas y manipulaciones políticas. Un gobierno que comunica bien se percibe como cercano, responsable y respetuoso de la inteligencia colectiva del pueblo.

Posible ajuste ante las circunstancias


Maldonado sugiere que el gobierno tiene en sus manos la posibilidad de corregir el rumbo comunicacional. La época navideña, mencionada por el analista, podría servir como un periodo de distensión para bajar las tensiones generadas tras el fallido intento de reforma fiscal.

Con la llegada del nuevo año, el gobierno podría retomar el control del debate público y lanzar una estrategia más coherente y planificada que permita a los funcionarios asumir su rol informativo. Esto sería clave no solo para evitar la sobreexposición del presidente, sino también para refrescar la imagen del Ejecutivo ante la sociedad.


En resumen, las declaraciones de Persio Maldonado ponen sobre la mesa la importancia de una comunicación gubernamental sólida.

Aunque el presidente Abinader ha suplido el déficit comunicacional de sus funcionarios, esta no es una solución ideal ni sostenible a largo plazo.

La experiencia del intento de reforma fiscal y el contexto del segundo mandato ofrecen valiosas lecciones sobre la necesidad de explicar las decisiones de forma clara, oportuna y estratégica.

Fortalecer la comunicación no solo permitirá al gobierno sortear las dificultades actuales, sino también encarar con mayor éxito los retos venideros, asegurando que la ciudadanía comprenda, respalde o critique con fundamento las políticas que inciden en su vida cotidiana.

De esta forma, el gobierno podría lograr una relación más armónica con la opinión pública, reduciendo tensiones y consolidando su liderazgo a lo largo del mandato.

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