Barberos dominicanos salvan de morir quemados a chinos
El rescate de los barberos dominicanos ocurrió durante un fuego en Boston
Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK._ Los barberos dominicanos Elier Pérez y Alfred Jiménez, el primero propietario de la peluquería “Elier Barber Shop” en Boston, salvaron las vidas de varios inmigrantes chinos.
Quienes corrían el riesgo de morir quemados o asfixiados por el humo, al incendiarse la casa en la que viven, cercana a la barbería.
Ambos barberos, acompañados por otros trabajadores del negocio, están siendo considerados como héroes locales en Boston, por la arriesgada misión de buenos samaritanos, que saltaron a las llamas y el humo, inmediatamente vieron que los chinos, entre los que había envejecientes, estaban en inminente peligro.
Los orientales, estaban tratando desesperadamente de salvarse, cuando se produjo la intervención de los peluqueros dominicanos.
Los bomberos de Boston
Pérez, dijo que su día trascurría con normalidad hasta que salió del negocio para hablar por teléfono.
Fue entonces cuando observó como el incendio consumía rápidamente la casa ubicada frente a su barbería, y los inquilinos suplicaban por ayuda para sacar a sus seres queridos.
Pérez recuerda que las llamas se propagaron rápidamente y que los minutos que demoraron los bomberos y policías en llegar parecían horas, por lo que él y sus empleados actuaron con la ayuda de algunos trabajadores de la construcción que laboraban en el área.
En un video se observa como la parte posterior de la casa cede a las llamas mientras que un vecino trata de apagar el fuego con el débil chorro de agua de una manguera casera.
Buenos samaritanos
“Subí sin pensarlo”, dijo Jiménez, quien con la ayuda de Pérez y otros buenos samaritanos, logró escalar por una columna para llegar a una ventana.
Testigos dijeron que Jiménez sacó primero a una mujer y luego a un hombre.
Los buenos samaritanos contaron que una de las víctimas estaba inconsciente, aunque se recobró paulatinamente minutos después.
“Gracias a todos los que nos ayudaron”, dijo la inmigrante china Xuyn Nguyn, hija de la propietaria de la casa.
